Por mucho tiempo, la familia chilena se dibujó con trazos gruesos y predecibles: padres, hijos, abuelos, todos bajo el mismo techo o al menos en la misma cuadra. Pero los resultados del Censo 2024 muestran que esa imagen se va desdibujando a gran velocidad en el país y también en la Región de Tarapacá.

Hoy, el 21,1% de los 121.511 hogares de la región está compuesto por una sola persona. Son más de 25 mil los hogares unipersonales, es decir, 6 mil más que en 2017. Y no, no es simplemente una moda o una excentricidad urbana: es el reflejo nítido de los cambios profundos que atraviesan nuestra sociedad.

Los expertos citan múltiples causas. Algunos hablan de la modernización, del auge de jóvenes profesionales que priorizan su independencia o carrera sobre la idea tradicional de formar una familia. Otros apuntan al aumento de adultos mayores que, tras una vida de trabajo en el norte, no emigran como antes a la Cuarta Región o más al sur a disfrutar de la vejez.

En Tarapacá, una región que también ha sido marcada por la lógica minera, por el vaivén de ciclos productivos, por la migración constante, la vida en solitario parece también una forma de adaptación.

Departamentos pequeños, contratos temporales, relaciones líquidas. La oferta inmobiliaria cambia, la ciudad se transforma, pero detrás de ese cambio hay personas que quizás no eligen vivir solas, sino que simplemente no ven otra opción viable.

Los hogares unipersonales son la foto más reciente de una sociedad en profunda transición. No es una crisis, pero sí un síntoma, como la caída de la natalidad, la postergación de la maternidad o de la paternidad, el auge del cuidado de las mascotas y el escaso interés por incorporarse a agrupaciones sociales o vecinales, por nombrar algunos.

Y como todo síntoma, merece ser escuchado antes de que se vuelva dolor... Porque nuestras ciudades, nuestro país, no parecen preparados para este terremoto social sin parangón en nuestra breve historia republicana.

"Hoy, el 21,1% de los 121.511 hogares de la región está compuesto por una sola persona. Son más de 25 mil los hogares unipersonales".

La OIT (Organización Internacional del Trabajo) define una buena práctica laboral como aquella experiencia de carácter colectivo que, en el marco de respeto a los principios y derechos fundamentales en el trabajo, puede ser calificada como exitosa para garantizar el bienestar de los trabajadores y el progreso en las organizaciones.

En la actualidad, las organizaciones deben ser conscientes que el principal activo que poseen son las personas y que deben cuidarlas para que estas se sientan impulsadas a dar lo mejor de sí mismas y eso solo se produce cuando están a gusto y motivadas dentro de la organización.

En primer lugar, se considera que el trabajo no es solo primordial para el sustento económico de las personas, sino que es un espacio a través del cual es posible desarrollarse e integrarse socialmente.

En segundo lugar, los cambios demográficos y recambios generacionales definen el sentido de pertenencia respecto al trabajo. Hoy las generaciones poseen aspiraciones y objetivos profesionales disímiles entre sí, por lo que es fundamental contar con políticas de beneficios que retengan al nuevo talento.

Al implementar las buenas prácticas laborales, las organizaciones obtienen buenos resultados en indicadores asociados a la gestión de personas, como lo son: el aumento del bienestar general del personal, excelentes resultados en clima organizacional y aumento del compromiso de los colaboradores.

Entren las buenas prácticas laborales se recomienda instaurar medidas de conciliación para mantener el equilibrio entre el trabajo y la vida personal; motivar al personal, felicitar en público y llamar la atención en privado; valorar al personal más antiguo y animar al más reciente; desarrollar el espíritu emprendedor del personal, aprovechar el talento de cada persona para ponerla en el puesto de trabajo que mejor le permita desarrollar ese talento; prestar atención a la salud del personal; fomentar la equidad, impulsar el espíritu de compañerismo, ser imparcial y transparente; promover la formación continua del personal. Estar pendiente de las necesidades de formación del personal para disminuir brechas entre perfil de cargo y candidatos; aplicar nuevas metodologías de trabajo; dar valor a los tiempos de descanso; y realizar actividades fuera del trabajo, como aniversario, cena de Navidad, entre otros.

La implementación voluntaria de las buenas prácticas refleja una mejor gestión de los recursos humanos.

"Las organizaciones deben ser conscientes que el principal activo que poseen son las personas".

Mitzy Avilán Rocca,, ingeniero comercial, magíster en Administración de Empresas

Sin duda que para muchos el primer feriado de 2025 se pasó volando y quedaron con gusto a poco. La mayoría ya está contando los días para el 1 de mayo y, como cae jueves, ya piensan en un viernes "sandwich".

Resfriados mil

Durante las últimas semanas en todas partes aparece una persona resfriada, con tos y congestionada. Las temperaturas ya están bajando y es claro que el otoño llegó con todo. Lo mejor es prevenir, abrigarse y no olvidar la vacunación. Andan sueltos los virus...

A remontar

Iquique juega dos partidos importantes esta semana. Primero ante Cienciano por la Sudamericana y, el domingo, ante O'Higgins como visita. Es clave comenzar a sumar puntos. El objetivo número uno, qué duda cabe, es luchar para seguir en primera.