Consejos para revitalizar y reparar la piel tras un verano cargado de playa y sol
Una apariencia escamosa, sin brillo y más sensible son algunas de las consecuencias de la temporada estival.
Ignacio Arriagada M.
Se acabaron las vacaciones y atrás quedaron los días de sol, piscina y playa que, si bien representaron momentos de disfrute, tienen una consecuencia innegable: el daño a la piel. El nivel de humedad, las temperaturas extremas, el viento, el sol y la radiación UV son responsables de la deshidratación del órgano más extenso del cuerpo y, por ello, hacen que al finalizar la temporada su apariencia no sea la óptima.
Al respecto, Silvia Soto, dermatóloga de la Universidad de Chile, explica a este medio que la exposición prolongada a los factores señalados previamente puede hacer que la piel "pierda agua en forma excesiva y se tienda a sentir seca. Eso es reflejo de que tenemos menos lípidos en la piel y por eso la vemos escamosa, sin brillo y más sensible. En algunas oportunidades incluso pueden agravarse casos más complejos como las dermatitis atópicas, psoriasis y otras enfermedades. Esto afecta a todas las zonas del cuerpo, incluidas las manos y los pies".
A eso, indica la doctora, se suma el hecho que durante las vacaciones se suelen dejar de lado las rutinas habituales de cuidado de la piel y "andamos más descubiertos, lo cual nos expone a quemaduras solares que pueden provocar enrojecimiento, ardor y, en situaciones más graves, la descamación en parches de nuestra piel, que se traduce en una alteración de la barrera cutánea".
Revitalizar y reparar
Para recuperar la buena salud, belleza y luminosidad de la piel, y con ello revertir las consecuencias de la temporada estival, la doctora Soto, quien integra el equipo de Lactovit, enfatiza en que es fundamental retomar rutinas de hidratación, eligiendo adecuadamente los productos a utilizar y velando porque estos contengan ciertos ingredientes.
"La urea, por ejemplo, es un compuesto químico humectante que podemos encontrar naturalmente en nuestra piel y tiene múltiples propiedades: hidrata, disminuye la pérdida de agua, refuerza la función de barrera de la piel y exfolia suavemente. Por lo general puede ser usada en cualquier tipo de piel en forma de cremas, lociones o productos de exfoliación. Asimismo, el ácido láctico es conocido por ayudar a renovar las células muertas de la piel, mejorar su textura y favorecer las propiedades humectantes", detalla la dermatóloga.
Otro aspecto que hay que considerar si se desea restaurar la piel, es dejando algunos hábitos que se cree ayudarán a propiciar tal objetivo.
Según la experta, algunos de ellos son "bañarnos con agua muy caliente, frotar excesivamente la piel al secarnos, exfoliar con productos muy abrasivos, evitar usar esponjitas o productos que tienen como un frote mecánico sobre la piel, porque muchas veces esos productos van a producir mini grietas que en una piel ya reseca puede acentuar el problema, escoger cremas inadecuadas o no aplicar una cantidad suficiente con la frecuencia debida".
"El ácido láctico es conocido por ayudar a renovar las células muertas de la piel, mejorar su textura y favorecer las propiedades humectantes".
Silvia Soto,, dermatóloga