Verdadera reconducción
Por varios años se habló de las reconducciones y expulsiones de inmigrantes que ingresaban irregularmente a la región, no obstante, esta medida no solo depende de una política interna como se creía cuando se modificó la ley.
Recientemente, en diciembre pasado se logró un acuerdo con Bolivia para que las personas que ingresan en forma irregular desde ese país puedan ser reconducidas no importando su nacionalidad.
El hecho es un cambio radical a cómo se venía operando desde el inicio de la crisis migratoria y responde a una petición que se hizo siempre desde la región, que era trabajar a nivel de cancillerías para buscar un acuerdo que permitiera que Bolivia aceptara a los migrantes que ingresaban a Chile desde ese país.
Obviamente, Chile debía entregar algo a cambio y este fue el segundo punto del acuerdo, que es que el país se involucre mucho más en el control del contrabando de mercancías hacia Bolivia, donde el país mediterráneo tiene grandes pérdidas en impuestos y no cuenta con la tecnología y equipamiento en frontera para detectarlo. Un tercer punto del acuerdo incluye las tarjetas vecinales que cada país entregará a sus habitantes fronterizos.
Sin duda, el acuerdo puede significar que por primera vez los recursos dispuestos en la frontera para detección de la migración irregular puedan tener un efecto y no solo tengan un efecto disuasivo.
En este sentido, es importante que todo este acuerdo no tenga letra chica y ojalá se cumpla como se ha prometido, pues la situación que actualmente atraviesa Venezuela puede devenir en una nueva migración masiva y donde una gran parte de ellos decida llegar a Chile, con las complejidades que ello significa, incluso más allá de lo delictual, que es siempre lo que más se conoce.
Por todo lo anterior, es de esperar que estas nuevas medidas puedan ser la tuerca que le faltaba a una serie de inversiones que se han ejecutado para el control fronterizo, pero que finalmente quedaban atadas de manos al no tener la posibilidad de reconducción. Pese a ello, hay que advertir que no será una medida definitiva, pues los movimientos transfronterizos en el mundo se pueden reducir, pero jamás detener.
"Responde a una petición que se hizo siempre desde la región, que era trabajar a nivel de cancillerías".