Haaland, el símbolo de la pesadilla de Pep en un City que no levanta
El equipo del DT español igualó por 1-1 ante el Everton y alargó su mala racha: un triunfo en trece partidos. Además, el goleador noruego falló un penal clave.
J.R.P.
El Manchester City volvió a defraudar, y suma una sola victoria en los últimos trece encuentros, al empatar ayer por 1-1 ante el Everton en el inicio del llamado Boxing Day de Inglaterra. El resultado alargó la crisis que vive el equipo de Pep Guardiola, que también tiene grandes afectados. como los es Erling Haaland, quien ayer falló un penal.
En un encuentro que parecía perfecto para que el City volviera a ganar en Premier League, ante uno de los candidatos al descenso, los citizens tuvieron veinte buenos minutos que les sirvieron para adelantarse por medio de Bernardo Silva, pero en los que no sentenciaron. Este equipo, notoriamente con falta de confianza, carece de la regularidad y hambre que se veía en otras épocas, y en cuanto permitió que el Everton tuviera una opción lo pagó caro.
En su primer acercamiento serio del partido, el Everton encontró oro. Fue un centro errático desde el lateral que Manuel Akanji se comió por completo. La pelota llegó al segundo palo y Rico Lewis, que tenía que cubrir esa zona, se quedó atrás, dejando que Iliman Ndiaye controlara y rematara, inutilizando a Stefan Ortega, que solo pudo ver la pelota dirigirse hacia lo que fue un golazo.
De nuevo, el nerviosismo y la ansiedad atizaron al City, que no respiró hasta que Mykolenko, en la segunda parte, derribó a Savinho dentro del área en un penal clarísimo. El ucraniano, que ya tenía amarilla, tendría que haber sido expulsado por la entrada, pero el árbitro le perdonó y Haaland se dirigió a los once metros mientras Seamus Coleman le calentaba la cabeza y Jordan Pickford le sacaba la lengua.
La estrategia, que le valió a Coleman una amarilla, funcionó, porque Pickford adivinó la atención del noruego y le atajó la pena máxima. Sí marcó en el rechazo Haaland, pero el tanto fue anulado por fuera de juego.Símbolo de la crisis del City de Pep, el goleador noruego está lejos de su mejor momento, ya que solo ha marcado tres goles en los últimos trece partidos.
"El resultado no es bueno, pero la actuación fue brillante", se defendió Guardiola terminado el partido.