El 19 de noviembre de 1879 en el contexto de la Guerra del Pacífico, se lleva a cabo la Batalla de Dolores, conocida también como Batalla de San Francisco, en la cual las tropas chilenas se encontraban posicionadas y ocupaban las alturas de las cotas del Cerro San Francisco, cerro tres clavos y el cerro San Bartolo.
Los Aliados peruano-bolivianos después de una penosa marcha, llegaron provenientes desde Iquique a posicionarse frente a la oficina salitrera Porvenir y a la oficina Angela. La noche del 18 de noviembre los aliados efectúan una reunión donde deciden cuál será su plan de batalla mientras sus indisciplinadas tropas se dedican al vicio y a las apuestas.
Aproximadamente a las 14:00 horas del 19 de noviembre comienza la batalla y en tres ocasiones los aliados suben la cota sur del cerro San Francisco con el objetivo de capturar las baterías chilenas de campaña a cargo del Sargento Mayor Juan de la Cruz Salvo; se combatió fieramente sobre la parte sur de cerro y cuando los artilleros chilenos eran sobrepasados por las tropas aliadas, una carga de los batallones Atacama y Coquimbo genera que los adversarios se replieguen y comience un desbande generalizado, que no puede ser controlado por los oficiales peruanos y bolivianos.
La mañana siguiente los aliados se repliegan hacia Tarapacá abandonando gran cantidad de armamento, ametralladoras y piezas de artillería en el campo de batalla. Los chilenos efectúan una misa en agradecimiento a la Virgen del Carmen por la victoria obtenida.
Coincidentemente en ese mismo lugar se efectuó el 16 de febrero de 1891 en el contexto la cuarta Guerra Civil de Chile una batalla que enfrentó a Congresistas y Gobiernistas dejando una saldo de unos 500 muertos.
Hoy este doble sitio histórico ha sido saqueado brutalmente por inescrupulosos que efectúan comercio ilegal con el saqueo de tumbas de soldados y el lugar se encuentra a punto de desaparecer para siempre, producto del gravísimo daño producido a la arqueología militar chilena y al medio ambiente debido a procesos productivos mineros y al turismo inconsciente que ha generado la presencia de microbasurales sobre las fosas comunes de soldados.
El sitio se encuentra a la espera de que el Consejo de Monumentos Nacionales pueda aprobar la solicitud efectuada por Alejandro Aguirre San Martín el año 2019 para que se declare a este campo de batalla como un Monumento Nacional protegido por el Estado de Chile. Además el escritor iquiqueño ha colocado letreros con recursos propios para señalizar el sitio histórico y pueda ser identificado como tal por la comunidad y las autoridades.
Nuestro país se encuentra en deuda con la protección de los sitios históricos militares de la Región de Tarapacá, en esos lugares descansan en fosas comunes hombres y mujeres chilenas que dieron la vida por nuestro país y merecen el reconocimiento de sus conciudadanos.
Alejandro Aguirre San Martín,
escritor iquiqueño