Vivienda: aún no da para celebrar
Ayer autoridades del Ministerio de Vivienda y del Instituto Nacional del Deportes celebraron un hito comunicacional para dar a conocer el traspaso de un terreno de la liga laboral conocida como Canadela para la construcción de 480 viviendas sociales.
Aunque en el contexto de las necesidades habitacionales de la región puede tomarse como algo positivo, es lamentable que las autoridades destaquen un proyecto que recién tiene el traspaso oficial de terrenos, pese a que el espacio se transformó en un campamento tras el terremoto de hace una década.
Si bien los procesos de construcción de viviendas pueden ser largos, lo más duro es que recién se realiza el traspaso de terrenos y las familias deberán seguir esperando para que se levanten los departamentos.
Las excusas pueden sobrar, pero lamentablemente el Estado no puede seguir actuando con la lentitud con que se toma la llamada "emergencia habitacional", cuando existen más de 114.000 familias en el país viviendo en campamentos y donde estas tomas a nivel nacional ya alcanzan a 1.432, según cifras del mismo Ministerio de Vivienda.
Muchos anuncios se hicieron al inicio del actual gobierno respecto a dar solución a la crisis habitacional que vive el país, no obstante, cuando estamos en el último cuarto de esta gestión, se muestra que el avance está muy lejos de lo proyectado, sobre todo cuando se anunciaron medidas innovadoras para avanzar a paso firme contra esta necesidad. Fuera de eso, la mayor parte de ese tiempo se ha ocupado en responder a problemas de corrupción.
Por otra parte, es claro que no se trata de un problema de la actual gestión, pues es un drama de arrastre de varios gobiernos que ha ido incrementándose aún más con la migración descontrolada, pero es importante que las autoridades actuales se hagan cargo de sus promesas de campaña.
Tarapacá es una de las regiones más afectadas por el crecimiento de los campamentos, donde mantiene la toma más grande del país y debieran ser sus autoridades las que empujen el carro de soluciones atrevidas y que vayan más allá de una política habitacional que no ha funcionado en los últimos 40 años.
"Tarapacá es una de las regiones más afectadas por el crecimiento de los campamentos".