"Nosotros también comenzamos a sentir miedo con la delincuencia"
Lleva siete años en Iquique y, actualmente, preside uno de los grupos de venezolanos más grandes que está en Chile. Para la dirigenta el problema con sus compatriotas se originó con la última ola migratoria que arribó desde su país.
Mariana Zalchendler es venezolana y vive en Iquique hace siete años junto a su familia. Actualmente, es presidenta de la Comisión Presidencial para la Diáspora Venezolana en Chile, una de las organizaciones más grandes de venezolanos que está en el país. Ha representado a su comunidad en diferentes instancias, para dar a conocer la realidad que viven miles de sus compatriotas en Chile.
¿Cómo ha sido la incorporación de los venezolanos a la sociedad chilena desde que usted llego a la fecha?
Lo que pasa es que han sido etapas, y como etapas se han vivido diferentes características, tanto de la migración a cómo está la sociedad con respecto a la migración. Obvio que cuando yo llegue, pues la mano de obra venezolana era muy calificada, sigue siendo muy calificada, porque realmente el migrante siempre viene con un título o una preparación. Los primeros años, las primeras olas de migración, vinieron a suplir y a llenar esa vacantes tan necesitadas en el sector, sobre todo de salud.
¿Cómo sintió la acogida del chileno con la llegada de este grupo de venezolanos?
A ver, es muy positiva, porque el venezolano en esos años (2016, 2017, 2018) era un venezolano que venía con una necesidad de crecimiento. Se habían estancado dado las condiciones políticas y económicas y sociales en Venezuela y aquí Chile le brindaba un oportunidad, en un país en vía al primer mundo. Entonces, era sumamente atractivo Chile como país-destino. Además, no solamente para este migrante profesional de la salud, sino también para el emprendedor, hay muchas innovaciones que se han hecho en Chile y, hoy por hoy, incluso las ocupan venezolanos (...) Hay una gran cantidad de profesores que están haciendo vida dentro de los colegios de Chile. La acogida fue muy buena, el chileno entendió y empatizó con la necesidad que también teníamos nosotros, que sabían de las vicisitudes que estábamos pasando en el país. El venezolano, en ese sentido, como bien abierto para que Chile no pasara por lo mismo que Venezuela.
Pero esto cambió con el pasar de los años y el ingreso masivo de migrantes por pasos no habilitados. Hubo momentos críticos, como el desalojo de Plaza Brasil y la marcha anti migración. ¿Cómo vivió esos momentos?
El iquiqueño estaba saturado por las condiciones (...) luego comenzaron a quedar los migrantes a la deriva, obvio, sin condiciones, en un estado de vulnerabilidad total. La gente comenzó a vivir en las calles y en las plazas era como si no hubiera gobierno. Los vecinos fueron los que se llevaron la peor parte, yo la entiendo absolutamente a la junta de vecinos de la Plaza Brasil y empatizo con ellos. Empatizo, incluso, con la marcha aquella que fue contra los migrantes. Yo entendí que no era una marcha contra los venezolanos, había una marcha contra un descontrol y una anarquía, de una cantidad de migrantes que habían ingresado por pasos no habilitados y que no se le estaba poniendo orden, y eso se mantiene. Se mantiene la anarquía.
También hubo denuncias de actos delictuales. ¿Cómo lo vivió?
Aumentó la delincuencia, nosotros también comenzamos a sentir miedo. Apareció el famoso Tren de Aragua, esta es la expresión de la falta de gobierno de Venezuela, el desgobierno de Venezuela nos mandó toda esta cantidad de gente para desprestigiar a los migrantes venezolanos. Eso es lo que hemos vivido desde Colombia hasta Argentina, en todas partes nosotros vimos que hubo una exportación del "hombre nuevo de Chávez".
¿A qué le llama exportación del "hombre nuevo de Chávez"?
Al que cree que todo lo tiene merecido, que todo lo tiene por derecho, a que todo tiene que acceder de forma gratuita, a que la educación, a la salud, a que la alimentación tiene que ser gratuita, a que yo lo tengo que mantener porque soy el "papá Estado" y tengo que dar todos tus derechos, te tengo que mantener. A eso llamo el "hombre nuevo de Chávez", porque eso es lo que hizo Chávez. Él prefería que tú no trabajaras y él te daba una bolsa de comida. Hubo algunos que nacieron en eso y ya son 25 años de ese régimen.
¿Cómo ve que, muchas veces, en Chile existe actualmente una especie de estigma que relaciona la delincuencia con la migración?
La delincuencia no tiene nacionalidad. Por ejemplo, en Estados Unidos hay muchos chilenos que roban. Lamentablemente, en Europa es la misma historia. Entonces, yo a la delincuencia no le pongo ciudadanía. Que ingresaron muchos venezolanos por pasos no habilitados, sí. Que muchos de esos son el "hombre nuevo de Chávez" y que son unos delincuentes, sí. Acá falta orden y patria.
¿Hay discriminación por ser venezolanos?
Hoy día se está viendo en los colegios. Entiendo que hay un cansancio, que hay un hostigo, pero que nuestros hijos tengan que vivir el estigma de la xenofobia, es difícil. Creo que los colegios no debieran permitir eso. No debiera haber el estigma de la xenofobia, porque los niños no tienen la culpa de nada, para mí no hay diferencia entre un niño venezolano, colombiano o chileno.
"Que nuestros hijos tengan que vivir el estigma de la xenofobia, es difícil
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