Península
La errónea decisión adoptada por el Concejo Municipal de la Ilustre Municipalidad de Iquique solo viene a confirmar que es mucho más fácil dictar o modificar una ordenanza imponiendo medidas coercitivas que ir al fondo del problema y atacarlo. Los ruidos molestos en el sector de la Península de Cavancha no provienen mayoritariamente de los locales allí establecidos, sino que de los clientes que, pasado el horario de atención, se quedan en el típico "after" escuchando música en los vehículos con su música a todo volumen. Ese hecho, no menor, escapa a la responsabilidad de los comerciantes de los locales, y pasa a quedar bajo la fiscalización de Seguridad Ciudadana de la misma municipalidad, fiscalización que no se realiza en la Península de la misma forma como no se realiza en las plazas de juegos infantiles del sector sur que son tomadas, todos los fines de semana, por gente que bebe alcohol en la vía pública y escucha música a volúmenes no permitidos, pero ahí hay fiscalización.
No hay ninguna duda lo incómodo que resulta para los vecinos de la Península escuchar música a altas horas de la noche, pero también merecemos respeto quienes vemos cómo los ilegales se han tomado la histórica Plaza Prat para armar sus rucas, dormir, lavar su ropa y hacer sus necesidades biológicas a vista y paciencia de todos.
Si la municipalidad quiere mostrar celo en su actuar, que lo haga en forma más responsable cubriendo todas las falencias que se le escapan día a día.
Con esta torpe decisión solo se mata el turismo, ahuyentando a los visitantes que siempre han visto en Iquique el mejor destino durante la época estival.
Como iquiqueño, hago responsablemente un llamado a ver con más cuidado a quienes se eligen y reeligen como concejales y alcaldes, nuestra ciudad ya no resiste ni merece más improvisadores.
Berlín Rodríguez M.