La microbiota contribuye al desarrollo cognitivo
Científicos de la Universidad de Granada (UGR), en España, han demostrado que la microbiota contribuye al desarrollo de la inteligencia y la memoria a través de microorganismos probióticos y de los metabolitos de la histidina, lo que permite abrir nuevas opciones terapéuticas para mejorar el neurodesarrollo infantil.
Varios estudios previos han demostrado que la alteración de la microbiota está relacionada con enfermedades del neurodesarrollo como el autismo, neurodegenerativas como el Parkinson o la esclerosis múltiple; y del comportamiento, como la ansiedad o la hiperactividad. Sin embargo, hasta la fecha no se conocían los mecanismos que vinculan la microbiota y el neurodesarrollo infantil.
La investigación ha permitido observar que la composición de la microbiota en bebés de seis meses era diferente en función de su respuesta cognitiva al test de Bailey, que mide el desarrollo motor, cognitivo, socioemocional y del lenguaje. Asimismo, se ha comprobado que la función de la microbiota también era diferente, asociando la histidina amonia-liasa o histidasa presente en la microbiota con la cognición de los bebés, que suma la inteligencia y la memoria.
Para realizar las pruebas experimentales los investigadores trasplantaron la microbiota de los bebés a ratones axénicos, que nacen desprovistos de microbios y viven en un ambiente libre completamente estéril. Estos ejemplares, detalla el informe, mostraron una mayor capacidad de memoria que la de los bebés con peor cognición.
Los investigadores concluyeron que el estudio ha confirmado la importancia de la microbiota en el bienestar humano, desde la regulación del sistema inmunológico a los neurotransmisores.