Trafico de drogas, de armas, de migrantes, trata de blancas y el contrabando de todo tipo de artículos son de los delitos más peligrosos y lucrativos que existen en el mundo. Todos ellos se dan en la frontera de la Región de Tarapacá.

La gran frontera de Colchane es una de las zonas que ha sido tomada por las bandas internacionales y en donde con cerca de 30 zonas, utilizadas como pasos irregulares, se han ido incubando una serie de delitos, los que se han ido esparciendo hacia todo el territorio nacional.

Sin duda la delincuencia siempre ha existido, no obstante, esta se ha ido nutriendo de nuevas técnicas y modos de operación que buscan hacerse con los controles territoriales en el norte y en la actualidad también puede verse en la zona central del país.

No se puede negar que las autoridades han ido reaccionando a este fenómeno, tarde quizás, pero al menos se está haciendo y se requiere que existan muchos más recursos para que el país genere todas las acciones, para evitar que estas organizaciones penetren las instituciones nacionales, como lo han hecho en otros países.

Mucho se habla en la actualidad respecto a lo que sucederá con Chile tras los hechos en Ecuador, cuánta de esa criminalidad puede llegar a territorio nacional y cuánto tiempo podrían tardarse en organizarse o generar delitos a nivel nacional.

Es de esperar que todo eso nunca llegue, pero es necesario reaccionar pronto y no esperar a que estas personas lleguen, como han llegado otros avezados criminales.

Es claro que la frontera debe reforzarse, pero también deben formarse cada vez mejores equipos de investigación criminal, que sean capaces de detectar a estas organizaciones más allá de los delitos puntuales en los que se les atrapa.

Chile cuenta con la organización necesaria para poder hacer frente a esta criminalidad, pero se deben aumentar los recursos y las coordinaciones con los diferentes países del Cono Sur, que permitan dar una verdadera guerra al crimen organizado, el que cada vez cuenta con más recursos para tratar de permear las comunidades locales afectando a las personas en su calidad de vida y al Estado en su funcionamiento. Se debe actuar ya y nadie se puede restar.

"Es claro que la frontera debe reforzarse, pero también deben formarse cada vez mejores equipos de investigación criminal".

El problema de la deshumanización -entendida como ese proceso de despojar a algunos grupos o sociedades de lo más esencial de su ontología- ha sido parte central de la preocupación de filósofos, sociólogos, profesores, etc., desde los tiempos antiguos. En el siglo XIX se discutía la deshumanización de las personas que eran exhibidas en los zoológicos humanos, donde estuvieron algunos indígenas americanos para ser evaluados a ojos de hombres y mujeres europeos. No se trata del problema de la discriminación que marcó el siglo XX, especialmente en Estados Unidos con la población afroamericana, porque la discriminación racial por indeseable que fuera al menos reconocía al otro en su humanidad.

En el siglo XX con las grandes guerras y el desarrollo de la economía fordista (siendo la fábrica el principal símbolo de época) la deshumanización se bifurcó hacia dos caminos: uno, referido al genocidio o el intento de hacer desaparecer a una determinada etnia o grupo, como fueron los casos de los gitanos y judíos durante la Segunda Guerra Mundial; incluso en el caso de algunos prisioneros judíos sus cuerpos fueron utilizados para supuestas experimentaciones científicas. Lamentablemente, los genocidios han continuado después de concluida esa guerra. En África lo acontecido con los Tutsis es un ejemplo.

El otro camino, lo advirtieron pensadores como Hebert Marcuse (recordemos su libro El Hombre Unidimensional) y Jürgen Habermas sobre el desarrollo de la técnica y la tecnología como ideología, donde la alienación de los trabajadores, hombres y mujeres, le despojaba de su humanidad. Un ejemplo notable es la película protagonizada por Charles Chaplin "Tiempos modernos", donde la fábrica fordista caracterizada por la producción en cadena transformaba a los sujetos en parte de ella.

Entonces, surgió la voz de alarma de pensadores como Erich Fromm o Theodor Adorno que no estaba dirigida solo a las ideologías totalizadoras, sino también a un desarrollo técnico del capitalismo, que afectaría a las personas al tal punto, que habrían de necesitar un psicoanálisis a escala de la sociedad. Martin Heidegger puso el acento también ese desarrollo de la técnica, pero pensando en el impacto sobre la naturaleza, allí están su Carta sobre el Humanismo. Una perspectiva teórica humanizadora llegó de algunos discípulos de Heidegger, especialmente judíos, como fueron los casos de Martin Buber e Immanuel Levinas, quienes comienzan a discutir sobre la importancia del "otro" en las relaciones humanas, Buber habla del Yo y el Tú, mientras Levinas del rostro. En realidad, por espacio, no puedo profundizar en sus pensamientos, más bien les extiendo una invitación a leerlos.

"Ha sido parte central de la preocupación de filósofos".

Sergio González Miranda,, Premio Nacional de Historia 2014

Este año el Dakar cuenta con etapas muy duras y aunque el iquiqueño Nacho Cornejo se enredó en algunos pasajes, sigue en la pelea por el título. Aún queda mucho Rally y es de esperar que el trabajo duro finalmente rinda frutos.

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Aunque pase el tiempo, no pasa de moda y es habitual encontrarse con personas haciendo el tradicional cuento del tío en las zonas céntricas. Estas personas son muy convincentes e incluso se valen de varios cómplices para seguir engañando.

Mal estacionados

Pese a que el flujo vehicular disminuye bastante en época estival, quienes se estacionan en doble fila o sobre las veredas siguen abundando en la ciudad. Lo peor es que muchas veces son violentos cuando alguien se atreve a decirles algo. Lamentable.