"El Gobierno ya renunció a las grandes transformaciones, no tiene los medios para que sean viables"
El filósofo adelanta que la noche de las elecciones municipales, en octubrepróximo , "la foto feliz va a estar en el balcón de Evelyn Matthei". Sobre Boric y los dos años que le restan de mandato, dice que lo ve tan disociado de la realidad que corre el riesgo de convertirse en una figura "irrelevante".
Luciana Lechuga
Fue elegido con una "inflación de expectativas", pero su mandato se convirtió en la "historia de una gran decepción" y los dos años que le quedan en La Moneda "van a ser de pato cojo". Así resume el filósofo y doctor en Ciencia Política, Daniel Mansuy, la trayectoria del presidente Gabriel Boric dirigiendo el país en el último tiempo.
En su defensa, agrega el docente de la Universidad de los Andes, "no ha habido un presidente en la historia reciente de este país que haya tenido tantas elecciones en la primera parte de su mandato", pues a los comicios políticos se sumaron los dos procesos constitucionales. Eso significa que el clima electoral ha permeado el accionar del Gobierno, algo que se volverá a repetir este año: las primarias de gobernadores y alcaldes están fijadas para el 9 de junio, mientras que el 27 de octubre sería la elección con voto obligatorio de gobernadores, consejeros regionales, alcaldes y concejales. Y en noviembre de 2025 se realizarán las elecciones presidenciales.
A continuación, Mansuy reflexiona sobre el panorama político 2024 y los personajes del oficialismo y la oposición que suenan para la carrera presidencial que se desatará después de las elecciones municipales.
-¿Cómo proyecta los dos años que le quedan al presidente Boric?
-Son dos años que van a ser largos. Van a ser de pato cojo, porque las presidenciales van a tardar poco en lanzarse. Vamos a entrar en una dinámica electoral a partir de las municipales y la elección de gobernadores en octubre, así que en abril-mayo el ambiente político va a estar dominado por el clima electoral nuevamente. Esto no es culpa del Presidente Boric, pero no ha habido un presidente en la historia reciente de este país que haya tenido tantas elecciones en la primera parte de su mandato. Este es un Gobierno que ya renunció a las grandes transformaciones, porque no tiene los medios para que estas sean viables y, por lo tanto, parece estar administrando, estar gestionando el día a día para querer mantener el 30% de apoyo que tiene el presidente para una eventual aventura futura, pero el Gobierno parece haber renunciado a las grandes ambiciones. El presidente corre el riesgo de convertirse en una figura más o menos irrelevante conforme pasa el tiempo y se va estrechando el plazo para cumplir las enormes expectativas sobre las cuales fue electo hace poco más de dos años.
-Es un escenario complejo "renunciar a las grandes ambiciones", porque hay demandas de las personas sobre seguridad, economía.
-Es la historia de una gran decepción, porque la generación que encarna el presidente Boric llegó al poder a partir de una inflación de expectativas, haciéndonos creer que las soluciones a los grandes problemas eran simples, que bastaba con buena voluntad, un cambio de generación, un cambio en el tono, y por tanto infló las expectativas y la verdad es que ha decepcionado incluso más que los gobiernos anteriores, lo que no es poco decir. El Gobierno solamente está alimentando y agravando de modo significativo la desconfianza en las élites políticas y la distancia entre los políticos y las personas comunes y corrientes. Diría que es la historia de una gran decepción que viene a radicalizar, si cabe, la crisis política que vive Chile hace varios años.
-¿Qué piensa del discurso de Año Nuevo de Boric?
-Lo noto un poco disociado de la realidad. No veo un presidente logrando transmitir un sentido de urgencia para lo que yo creo es la principal demanda de los chilenos, la seguridad. Claro, tiene frases más o menos rimbombantes, como "no lo vamos a aceptar, que no les quepa duda", pero la verdad es que se ve disociado y en el clima político en particular también.
-¿Cuáles son a su juicio las urgencias de la ciudadanía que debería abordar el Gobierno?
-Hay un problema de seguridad evidente, que tiene que ver con la migración. Durante mucho tiempo intentamos no vincularlos, pero evidentemente hoy día ya están vinculados. Y eso también es una urgencia para la cual el Gobierno tiene un problema de unión interna, porque sus coaliciones no están de acuerdo en las medidas que hay que tomar. De hecho hay una diferencia respecto a si llamar o no al Cosena (Consejo de Seguridad Nacional), una medida que de por sí no resuelve nada, es simbólica, (con lo que) el Gobierno estaría demostrando que está asignando a esto máxima prioridad. Y la otra por supuesto es la eventual reactivación económica. Las cifras no son muy estimulantes, ni de crecimiento ni de empleo. La inflación está más controlada, pero esa amenaza sigue estando ahí y si te fijas son dos de temas que no están en el ADN del Frente Amplio, no son cosas de las que le acomode hablar: ni de economía ni de seguridad. Entonces, quedó como un gobierno desajustado respecto a las urgencias que los chilenos tienen hoy día. No tienen las herramientas conceptuales, retóricas ni políticas para hacerse cargo de estas dos grandes demandas que son, a mi juicio, las que van a ser dominantes en este nuevo ciclo.
-¿Qué efectos tendrá en la oposición la derrota en el plebiscito del 17-D? ¿Cómo debería proyectar este año con elecciones a la vista?
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