En un esfuerzo por trazar el retrato más preciso y completo de nuestra nación, Chile se prepara para llevar a cabo el Censo de Vivienda y Población en 2024. Este evento, programado entre marzo y junio, se erige como un pilar fundamental para el desarrollo y la toma de decisiones informadas que afectarán a todos los rincones del país.

El cuestionario de este censo, cuidadosamente diseñado por el Instituto Nacional de Estadísticas (INE), no solo aborda las cuestiones demográficas y de vivienda, sino que también se adentra en las complejidades sociales que caracterizan a nuestra población diversa. Aspectos como la pertenencia a pueblos y el manejo de lenguas originarias, el género y la discapacidad son considerados, reflejando un compromiso genuino con la inclusión y la representación de la riqueza de nuestra sociedad.

La región de Tarapacá, con su singularidad geográfica y cultural, se incorpora en este proceso que, a través de las 50 preguntas consideradas en el cuestionario "permitirá cumplir con los cuatro grandes objetivos generales de un censo de población y vivienda, que son proveer información para la actualización y elaboración de las estimaciones y proyecciones de población, proporcionar información para la actualización del marco muestral para las encuestas de hogares, suministrar información estadística prioritaria para el diseño y seguimiento de políticas públicas, y generar información estadística sobre áreas geográficas específicas y subgrupos de población".

La participación activa de la ciudadanía en este censo es fundamental. La información recopilada no solo alimentará las estadísticas generales, sino que también proporcionará las bases para políticas públicas efectivas y servicios que aborden las necesidades reales de la población. Es un acto de colaboración colectiva que trasciende límites geográficos y demográficos, uniendo a la sociedad en la construcción de su propio retrato.

La aplicación del cuestionario por los más de 24 mil censistas no solo es un acto administrativo, sino una oportunidad para la ciudadanía de ser partícipe activa en el futuro.

"Es un acto de colaboración colectiva que trasciende límites geográficos y demográficos, uniendo a la sociedad en la construcción de su propio retrato".

Lo usual se ha de convertir en normal, o lo normal ha de ser usual. Es decir, lo que es costumbre, hábito en su práctica, en su ejercicio se hace usual y normal. Todos ya lo advierten, lo perciben, casi lo predicen.

Que todo ha de ser normal, no, no necesariamente, sino se hace habitual, costumbre; solo así se convertiría en hábito. Y aquí interviene el tiempo, lo que acontece se debe acomodar, adecuar al devenir, a distintos periodos en la línea del tiempo. Lo que es normal en un periodo, no necesariamente es usual, doscientos, trescientos años más tarde.

El hombre, la sociedad cambia, evoluciona, se acomoda a contextos nuevos, no necesariamente simples, con toda probabilidad exigentes, duros, implacables, rigurosos, sino inhumanos, a veces. Entonces, lo normal, aquello que es o estimamos normal, experimenta cambios, se optimiza, mejora, es corregido, se adecua a nuevos entornos, a nuevos requerimientos. O, lo que estimamos normal puede experimentar tales cambios, que se desperfila, se desgasta, se desmejora, y ya no es lo que era.

Los cambios no operan solo en el ámbito de la realidad física, natural, también obran en lo social. ¿Dónde más? ¿Dónde son inexorables? A mi parecer, lo no tangible es más afecto a transitoriedad, dado que no es apreciado de igual manera por dos, qué decir por muchos más que dos. No todos percibimos del mismo modo, no todos perfilamos un qué de la misma forma. ¿Por qué nos cuesta tanto conceptuar hechos sociales que nos son comunes, como sociedad, familia, educación, país, economía,…?

El riesgo, el gran riesgo es que aquello que consideramos normal "se normalice". ¿Cómo evitarlo? Estar alertas a que lo normal se haga habitual, se fije, se anquilose, que se fije, que se rigidice.

Dios nos libre de ello. ¡Alertas, todos!

"Que todo ha de ser normal, no, no necesariamente, sino se hace habitual, costumbre; solo así se convertiría en hábito. Y aquí interviene el tiempo".

Raúl Caamaño Matamala,, profesor, Universidad Católica de Temuco

Los mismo habitantes del Tamarugal llaman a tener cuidado con la oferta de arriendo de cabañas, ya que han detectado estafas. Es importante que se verifique siempre antes de transferir alguna suma de dinero.

Mal estacionados

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La llegada del verano no solo es alegría y buen tiempo en Tarapacá, también se registran lluvias a causa del denominado invierno altiplánico. Por eso, siempre es bueno prevenir y revisar las techumbres. Hay que evitar riesgos, gastos extras y los malos ratos.