"No se me ocurre un lector más desafiante que el de Iquique respecto a esta novela"
La obra se basa en un hito de la vida del buzo Raúl Choque, quien fue campeón mundial de caza submarina en 1971.
Redacción - La Estrella de Iquique
El imaginario del norte grande atraviesa la obra de Diego Zúñiga, que vuelve a la escena literaria desde Madrid con una nueva novela: Tierra de Campeones (Random House, 2023). En ella, un niño aprende a nadar en el río Loa, a la altura de su natal Calama, habilidad que lo lleva un poco más al norte por los caminos de la sobrevivencia, pero también del triunfo deportivo al convertirse en el campeón mundial de caza submarina en Iquique en plena UP.
Basada en la historia en torno un peculiar hito en la vida del buzo Raúl Choque -efectivamente campeón mundial en 1971-, el libro aborda desde la ficción esta historia que se extralimita al momento que la vuelve relato local: luego del inicio de la dictadura, Choque habría visto cuerpos de desaparecidos en las proximidades de Pisagua. Diego Zúñiga, nacido en Iquique en 1987, de la que se fue el año 2000, es uno de esos oyentes de esta especie de mito urbano.
"Tierra de Campeones" se suma a otros libros del autor situados en el norte, como Camanchaca y Racimo, sobre las niñas de Alto Hospicio.
¿Cómo es escribir de un territorio cuando ya no lo habitas?
-Me di cuenta de algo que quizá nunca había pensado mucho y es que el Iquique de mis libros es el Iquique de los '90, el que yo alcancé a vivir realmente, y que es un Iquique súper distinto al de ahora. Es un Iquique donde si bien siguen habiendo cosas que persisten, es un lugar que me cuesta descifrar.
¿Qué lugar ocupa la naturaleza como referente, como medio o como personaje en el libro?
-El desierto del norte es demasiado imponente en el imaginario de uno con respecto a lo que puede ser el paisaje, lo definitivo que puede ser el paisaje en una persona. Ese mismo paisaje, está marcado por la historia política de Chile. O sea, tú vas al desierto y no solo tienes la experiencia de estar en un desierto, que es muy curiosa, muy singular, muy hermosa, muy misteriosa, sino que ese desierto está atravesado por la historia de Chile, desde la vida del salitre, la guerra del Pacífico y la dictadura.
¿Cómo puede este libro -que si bien es una ficción- nutrir este imaginario de la memoria a propósito de este contexto?
-La ficción es un espacio para pensar políticamente el mundo, en el sentido de que es un lugar donde uno como escritor puede ensayar formas de comunidad, formas de reunirnos, formas de pensar el futuro, también formas de ir hacia ese pasado para tratar de ver qué había ahí que se perdió y que a lo mejor nos puede seguir haciendo sentido, que es necesario volver ahí. Aunque yo estuviera escribiendo una novela que ocurrió en la década del '60 y '70, para mí es una novela sobre el presente.
¿Qué invitación harías a las y los lectores de Iquique?
-Ahora voy a volver a Madrid, pero apenas vuelva me encantaría ir y que presentar el libro si se da la posibilidad, porque no se me ocurre un lector más desafiante que el lector de Iquique con respecto a esta novela, que se aventura a entrar en una parte de la historia. Espero que la disfruten y que más allá de sentirse identificados o no, puedan encontrar cosas que les parezcan familiares. Me resulta muy desafiante y de verdad gozaría mucho saber cómo la están leyendo Feliz de ir, conversar y de aprender. Me imagino que hay mucha gente que me va a decir que estuvo ahí, que vio cosas que yo no vi. Todo eso será una experiencia linda que ojalá resulte.
"El Iquique de mis libros es el Iquique de los '90, el que yo alcancé a vivir realmente
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