"Hoy el plan de emergencia habitacional es un completo fracaso"
El parlamentario aseguró que se seguirá en el servicio público tras su salida de la UDI aunque aún no define que cargo buscará. Además acusó problemas de gestión de las autoridades locales y falta de iniciativas durante el 2023.
A pocos días de presentar su renuncia al partido que lo vio nacer políticamente, la Unión Demócrata independiente (UDI), el ahora diputado independiente, Renzo Trisotti, habla sobre su último periodo en la Cámara Baja y aunque reconoce que quiere seguir en el servicio público, aún no decide aún a qué cargo se postularía, ni tampoco por cuál coalición. El parlamentario además hace un balance del año y es crítico con la labor del Gobierno.
-¿Cuál es su balance terminando el año? ¿Avanzamos o retrocedemos como región?
-En términos generales este ha sido un año bastante complejo para la región, donde la esperanza de que mucho de los problemas que nos aquejaban comenzaran a resolverse, la realidad ha demostrado que producto de ineficiencias, ineptitudes, descoordinaciones, hoy día creo que estamos peor que antes.
Me refiero a aquellos grandes dolores que tiene Tarapacá, que son la migración clandestina, la delincuencia, la salud y la vivienda, los cuales son prioritarios para la ciudadanía. Nadie dice que esto era el paraíso antes que partiera el actual gobierno, sin embargo hoy debemos enfrentar índices de delincuencia que nunca habíamos tenido. Números que los respalda el propio gobierno a través de instrumentos como la Encuesta Nacional Urbana de Seguridad Ciudadana (Enusc), donde un 90,6% de las personas en el país, sienten que hay una victimización frente a la delincuencia.
Si nos vamos al área de salud, hoy tenemos listas de espera que se han incrementado, donde tenemos pacientes que han fallecido esperando. Para que decir vivienda, hoy tenemos prácticamente paralizada la construcción de nuevas casas o departamentos. Las últimas inauguraciones y todas las que van a venir en los próximos seis meses, son todos proyectos heredado. Hoy el plan de emergencia habitacional es un completo fracaso en Tarapacá. Mientras que en materia de educación, tenemos la incertidumbre de cómo operará el Slep cuando entre en vigencia.
Estamos frente a un gobierno que tiene nula capacidad de autocrítica. Cuando se empiezan a ver volteretas olímpicas en muchos temas, la gente deja de creer en el mensaje, en las propuestas, lo que ellos quieren ver son acciones.
-¿Cómo se corrige esto?
-Los cambios no se pueden producir con las mismas personas ni las mismas estrategias. Espero que el Presidente Gabriel Boric luego del proceso constitucional, haga una evaluación profunda, no solo en base de la ideología o lazos de amistad, sino que en base a resultados objetivos.
-¿A qué autoridad cambiaría en la región?
--Yo siento que hoy las autoridades regionales están entre la espada y la pared. En muchas carteras ha faltado una buena gestión, un trabajo coordinado, un diálogo público-privado. Inmovilidad que paralizado la realización de nuevos proyectos para resolver las necesidades de los tarapaqueños. Por las problemáticas que mencionaba al inicio de esta conversación, cambiaría los liderazgos regionales en migración, vivienda, seguridad y salud.
-A pocos días del plebiscito ¿cree que la actual propuesta se hace cargo de las necesidades de Tarapacá?
--Acá el gobierno de Boric marcó su posición de votar en contra de la nueva propuesta. Cuando este texto constitucional establece la creación de policías fronterizas, expulsiones de migrantes ilegales en el menor tiempo posible, creación de una defensoría para las víctimas, creo que a Tarapacá le conviene votar a favor. Este es un texto que después de leerlo, uno se da cuenta que no es un texto que obedece a un programa de gobierno de quienes tuvieron la mayoría, esa es una caricatura que estamos viendo, acá hay un conjunto de ideas que integran a todos los sectores, que te permite tener las bases que el país necesita tener en un futuro, que es el crecimiento, la estabilidad.
Lamentablemente durante este periodo de campaña hemos visto mucha desinformación, mucha mentira, interpretaciones absolutamente antojadizas e interesadas. Ojalá la ciudadanía pueda leer esta propuesta constitucional antes de ir a votar y se incline por esta propuesta. La tarea que se nos viene después en el congreso va a ser inmensa, ya que muchos temas deberán ser regulados a través de leyes, por lo que yo como diputado tendré la consideración la propia realidad de nuestra región de Tarapacá, una que se encuentra lejos de la zona central y que muchas veces resulta incomprendida.
-Al inicio nos comentaba sobre los problemas de gestión del actual gobierno, ¿cree que el próximo debería ser de derecha?
-Por el bien del país, espero que sea de otro color político. Lo peor que le puede ocurrir a Chile son 8 años como los dos que ya hemos padecido. Para eso se requiere un trabajo unido, coordinado, con generosidad de los distintos sectores opositores, que van desde el centro político hasta Chile Vamos y Republicanos.
-¿Y usted, ¿se ve como parlamentario en los próximos periodos?
- Yo ya no puedo seguir en la Cámara de Diputados, ya que este es mi tercer y último periodo, por una regulación que yo mismo aprobé. Sin embargo, me gusta mucho el servicio público. Tengo un trabajo permanente en terreno, porque me gusta lo que hago. Creo que un trabajo sistemático de manera seria, de manera consecuente, sirve para ir buscando soluciones a los problemas de la ciudadanía.
Si usted me pregunta, yo no voy a ser como el típico político que dice "lo estoy pensando", yo soy tajante: a mi me encantaría seguir en el servicio público. ¿Dónde? aún no lo tengo definido.
-¿Bajo la jineta de qué equipo iría en esta nueva etapa?
-Hoy soy independiente. En un futuro, me encantaría estar donde me sienta muy valorado y donde tenga todas las libertades para seguir tomando las decisiones que sean necesarias y que vayan en directo beneficio de la región.
-¿Republicanos sería una opción?
-Mira, como todas las decisiones que tomo en mi vida, ya sea de color político o alguna candidatura a algo, no solo está mi opinión, también está la de mi familia y mi equipo de trabajo. Por lo que cualquier decisión de esta envergadura requiere discutirlo de forma colectiva con ellos.
"Lo peor que le puede ocurrir a Chile son 8 años como los dos que ya hemos padecido.
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