La ministra Tohá está de visita en nuestra región, en días donde nuestros vecinos de Perú han aprobado una norma de expulsión en 24 horas para migrantes irregulares, por lo que se espera que sean las regiones de Arica y de Tarapacá las que enfrenten un aumento en los ingresos clandestinos. Esta situación se debe principalmente a la resolución de abril 2022 de no devolver ciudadanos venezolanos o colombianos a Bolivia.
Según los datos de PDI, en los últimos dos años, 94 mil migrantes han ingresado clandestinamente, lo que es más que la suma de los últimos 50 años anteriores, aún con militares en fronteras, quienes no tienen facultades para tomar acciones para evitar el ingreso ilegal. Por ello, anuncios de mejorar infraestructura, si bien son bien recibidos, son insuficientes si no se les permite algo tan básico como devolver a quien ingresa escondido.
Se debería replantear las facultades de las Fuerzas Armadas y profundizar los lazos y cooperación con nuestros vecinos en Perú y Bolivia, de manera de evitar los flujos de extranjeros que vienen a generar problemas y compartir alertas. Un ejemplo de ello son los datos entregados por la consultora Espacio Libre, donde en 5 años (2018-2022) aumentó en un 274% los victimarios y un 201% las víctimas de nacionalidad extranjera. Representan el 13% de los victimarios y el 17% de las víctimas del total nacional, siendo que se estima que representan el 7,5% de la población total del país.
A su vez, no se debe esperar que un migrante ilegal cometa un delito antes de expulsarlo. Por ello, las declaraciones en el 2020 de la ministra Tohá, sobre la necesidad de regularización permanente a ilegales por una "migración forzada" contrastan con la realidad de que muchos migrantes llegan por motivos económicos. Esta tendencia creciente hacia el trabajo irregular o informal entre los migrantes plantea un desafío para la política migratoria del país.
Necesitamos una conducción clara que asegure libertad, seguridad y oportunidades para la región. La política migratoria de perdonazos, de FFAA sin atribuciones y de no expulsar, nos limita desarrollar nuestros proyectos de vida. Necesitamos un piloto que sepa para donde va.
"Se debería replantear las facultades de las Fuerzas Armadas y profundizar los lazos y cooperación con nuestros vecinos en Perú y Bolivia".
Luz Ebensperger,, senadora por Tarapacá