La crisis educacional que vive nuestro país ha movilizado una serie de esfuerzos públicos y privados para poder abordar el rezago en el aprendizaje de niños y jóvenes. El paro de profesores que vive Atacama es preocupante y un reflejo de la fragilidad del sistema y todo lo que está en juego. Asimismo, la rendición de la prueba Simce esta semana es un recordatorio adicional de la compleja situación que vivimos en este ámbito.

En toda esta discusión, sin embargo, la enseñanza media técnica profesional sigue ausente. Más invisibilizado aún está el modelo de formación dual y otras formas de educación que combinan el aprendizaje teórico en las salas de clases con la formación práctica en empresas.

En medio de este modelo invisibilizado, hay un actor que también pasa desapercibido: los maestros y maestras guía. Se trata de colaboradores de empresas que cumplen el rol de tutores y que voluntariamente enseñan a los estudiantes los conocimientos y habilidades técnicas para su futuro desempeño profesional. Su influencia es tal en los jóvenes, que son modelos a seguir, pues guían también su formación y desarrollo personal.

Su trabajo es tan relevante, que no podemos pasarlo por alto. Así como también es indispensable reconocer a las empresas que ofrecen la alternativa a sus colaboradores para cumplir roles como este. Se trata de un compromiso de largo aliento que requiere esfuerzo y tiempo; pero cuyo impacto es enorme. Valoremos el trabajo de estos maestros guía.

Andrea Garrido,

directora ejecutiva Fundación Chile Dual

Se acerca un nuevo aniversario de una fecha emblemática de nuestra historia social , como es la Matanza de la Escuela Santa María , ahora se cumplirán 116 años de aquel luctuoso suceso ocurrido el 21 de diciembre de 1907, durante la culminación de la célebre Huelga de los 18 peniques. A pesar del paso del tiempo que va imponiendo progresivamente el olvido, no faltan aquellos pocos resistentes que mantienen el activo fuego de la memoria para que cada año se recuerde el sacrificio de los pampinos frente a los fusiles y ametralladoras, en defensa de sus reivindicaciones laborales presentadas a los salitreros. No solamente con libros de investigación, ya Luis Advis nos dejó la cantata de fama mundial. Ya se izaron las cuatro banderas nacionales de los países a los cuales pertenecían los operarios de las Oficinas. Aún está pendiente el reemplazo del actual modesto monolito por un monumento digno en homenaje a los caídos de 1907. Ahora se activa la iniciativa de la profesora Aracely Farías, de aquel colegio, para hacer unos murales conmemorativos. El gobernador regional, José Miguel Carvajal, ha comprometido ayuda financiera, sería una excelente noticia si se concreta la propuesta de esa profesora de Historia y Geografía.

Hay que resaltar la importancia de la Memoria, como de la enseñanza de la Historia, siempre entrega mensajes para comprender el presente con mirada al futuro, y evitar tropezar con la misma piedra… El chileno tiene mala memoria, por desgracia, los políticos de profesión también. Las pasas de Corinto son buenas para ese caso, se dice. A nivel local, falta la calle 21 de Diciembre, otro olvido funcionario.

Que linda luciría la fachada de la Escuela con esos proyectados murales y las cuatro banderas nacionales de Chile, Perú, Bolivia y Argentina para el próximo 21 de diciembre, y con asistencia de más autoridades, como público. Además, de algún representante de alguna planta de elaboración de yodo, como también de los trabajadores del puerto. Hay que recordar que ellos fueron el gremio que se mantuvo en huelga hasta algunos días después de la Matanza, constituyéndose en un foco de resistencia frente a la represión, dirigida por el general Silva Renard, casado con una dama tarapaqueña vinculada a la colectividad peruana residente, muy importante en ese tiempo de la Cuestión Social.

Mario Zolezzi Velasquez