El Ministerio de Obras públicas anunció que en la próximas semanas deben comenzar los trabajos preliminares para el teleférico Bicentenario desde Las Condes a Huechuraba, en la Región Metropolitana. La obra cumple una década en espera y durante el actual Gobierno se le ha dado un nuevo impulso, por lo que el próximo año podría comenzar la construcción de sus torres y estaciones.

La iniciativa, que tardaría 10 meses en levantarse, abre también esperanzas para el proyecto que busca conectar Iquique y Alto Hospicio, anunciado durante el primer gobierno de Sebastián Piñera. Producto de la postergación, para muchos se ha transformado en una especie mito, ya que el exalcalde Jorge Soria había lanzado la idea hace varias décadas atrás, pero principalmente enfocada en el turismo.

Pese a lo anterior, la iniciativa que ahora busca concretar el Gobierno pretende convertirse en una alternativa de transporte para los miles de tarapaqueños que a diario se trasladan entre las dos principales comunas de la región.

La construcción del teleférico, que espera ser licitada en el primer semestre de 2024, demandará una inversión cercana a los 108 millones de dólares y cuando entre en funcionamiento podría transportar a unos 35 mil pasajeros diariamente.

El sistema considera una extensión de 5,5 kilómetros y estaciones de pasajeros en el sector de Los Cóndores, en Alto Hospicio; en Tadeo Haenke y en la Rotonda El Pampino, en la comuna de Iquique, además de una cuarta estación técnica (cercana a la Avenida Portales).

En el papel se trata de una iniciativa de gran envergadura que refrescaría el estancamiento de los proyectos públicos en Tarapacá. No obstante, mientras no se vean avances concretos, seguirá como un anhelo ciudadano.

El transporte y la movilidad son de los principales problemas locales, por lo que si el proyecto se acompaña de un buen diseño de locomoción pública, podría ser una gran ayuda para quienes se desplazan entre ambas ciudades.

Es de esperar que los avances en el Teleférico Bicentenario sean la punta de lanza para que la iniciativa local se desarrolle y el mito se transforme al fin en una realidad en el corto plazo.

"La construcción del teleférico, que espera ser licitada en el primer semestre de 2024".

Tarapacá es una región con características desérticas que, paralelamente, requiere de grandes volúmenes de agua, considerando sus ejes productivos y otros usos, como el creciente consumo humano y la agricultura. Asimismo, el impacto que generan esos usos y sus fuentes, precisan de manejo hidrográfico y de realizar toda una proyección de uso a futuro, considerando cambios en la climatología, aumentos en los flujos y en los requerimientos, así como la natural expectativa de las comunidades.

El origen habitual del agua dulce proviene tradicionalmente de tres fuentes: aguas superficiales, subterráneas y precipitaciones (lluvia y nieve). A esto se suma una cuarta fuente que será clave en los proyectos futuros y, en general, para la minería. El agua desalada del mar.

Esta fuente ha ido en aumento en los procesos de la minería, al igual que la utilización de agua proveniente de la recirculación, lo cual ha disminuido de manera drástica el uso de las aguas continentales. Es más, a nivel país, la minería del cobre proyecta pasar de un uso de agua de mar en sus procesos del 38% actual a un 71%, en los próximos diez años. En Tarapacá se espera llegar al 100% en ese plazo.

Por esto, debemos destacar ejemplos como el de Teck QB2 -que se inaugura esta semana-, donde la totalidad de las aguas utilizadas en la faena provienen de la fuente alternativa (planta desaladora), marcando un hito a nivel mundial. Algo similar ocurrirá con CMIC que, bajo el marco del plan "Desarrollo de Infraestructura y Mejoramiento de Capacidad Productiva", implementará el proyecto Fuente Hídrica Complementaria (FHC), el cual considera una planta desaladora de agua de mar con una capacidad de producción de 1.050 L/s de agua desalada.

Estos ejemplos locales de implementación y uso de fuentes alternativas que aporta la industria minera, podrán constituir la base (en tecnología y factibilidad) para que a futuro también el consumo humano y de otros procesos productivos, se suministren por esta vía. Tambén hay que valorar los avances y esfuerzos que realiza la industria minera por ser cada vez más circular y sustentable, reduciendo significativamente su uso de aguas continentales y avanzando en su reutilización.

"Es necesario valorar los avances y esfuerzos que realiza la industria minera por ser cada vez más circular y sustentable".

Marcos Gómez, gerente general de la Asociación de Industriales de Iquique y el Tamarugal (AII)

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