La próxima semana se inaugurará el proyecto minero de Quebrada Blanca Fase 2, iniciativa que tuvo una inversión cercana a los 7.750 millones de dólares y que entregará alrededor de 2 mil empleos directos e indirectos en su operación.

El proyecto minero tendría una vida útil de a lo menos 25 años y representa a la nueva minería, por lo que apunta a un trabajo en línea con el cuidado ambiental.

Es clave que este tipo de iniciativas se puedan ir multiplicando, no solo porque entregan empleo de calidad, algo difícil por estos días, sino porque también permiten estabilidad a la economía nacional.

No se trata de explotar cada centímetro del territorio nacional, ni tampoco pasar por encima de las normativas ambientales, pero está claro que el país ha ido sufriendo un estancamiento de este tipo de proyectos, muchos de ellos que no han podido llegar a puerto, donde han sido más las trabas que las medidas que promuevan la llegada de capitales al territorio nacional.

Sin duda Chile requiere dar un paso más allá de la economía de la extracción de recursos naturales, pero este proceso no llega de un día para otro y se requiere que vaya avanzando de la mano de mayores recursos para educación y ciencia y tecnología, los que en la actualidad son escasos.

Del mismo modo, se pueden ir promoviendo otro tipo de proyectos industriales, donde se vaya más allá de la sola extracción, pero lo que no puede pasar es el estancamiento.

En el plano local también es importante que se pueda trabajar en mejorar la capacitación y la investigación, ambas de la mano de las grandes empresas, con el fin de no solo generar el capital humano necesario para los proyectos actuales, sino que también para ser capaces de exportarlo a nivel nacional e internacional.

En momentos donde la economía nacional y mundial atraviesan por una compleja situación, se requiere que surjan ideas y proyectos innovadores, pero para ello es fundamental contar con las herramientas necesarias y trabajar unidos para sacar adelante el Chile del futuro.

"Sin duda Chile requiere dar un paso más allá de la economía de la extracción de recursos naturales, pero este proceso no llega de un día para otro".

El desarrollo de las regiones debe estar estrechamente vinculado con sus universidades, porque los territorios requieren de un venero permanente de cultura, de capital humano avanzado, de investigación científica y tecnológica, de pensamiento crítico, de arte y humanidades, que complementen el quehacer empresarial y laboral. De lo contrario, seríamos un territorio sin historia y sin futuro. Las universidades regionales en pos de esa misión organizaron hace 27 años la Asociación de Universidades Regionales AUR. Su tarea no ha sido fácil, especialmente por el centralismo y el escaso financiamiento. Sabemos que las fuerzas centrípetas del mercado de la educación superior concentran las oportunidades en la zona central, despojando no solo del financiamiento a las universidades regionales, sino también de sus jóvenes talentos que, precisamente, van detrás de esas oportunidades. Si, a lo anterior, le sumamos las altas tasas de pobreza que tienen algunas comunas, el problema se incrementa, pues las universidades regionales deben articular su quehacer con el desarrollo local y ofrecerle a los jóvenes de menores ingresos un camino posible de superación.

Existen otros problemas menos evidentes: como las diferencias culturales, sociales, económicas entre las regiones, especialmente en un país tan extendido y diverso como Chile, donde unas emergen ganadoras y otras perdedoras. El norte grande de Chile, por ejemplo, es el único territorio nacional que cuenta con dos triple-fronteras, espacios particularmente complejos, debido a los flujos de negativos y positivos que circulan por las fronteras internacionales, desde las inmigraciones irregulares hasta el contrabando, pasando por el comercio legítimo, la minería transfronteriza y la cooperación bilateral. Nuestras universidades deben darle prioridad en sus investigaciones.

Las universidades regionales estatales tienen un desafío institucional complejo, porque deben responder a las políticas públicas y a un control administrativo que no enfrentan las universidades privadas. No es extraño que, cada año, vemos una mayor competencia entre unas y otras por acceder a mejores acreditaciones. Es por esta razón que destaco las notables acreditaciones que han logrado las dos universidades estatales de nuestra región, la universidad de Tarapacá con seis años y la universidad Arturo Prat con cinco, ubicándolas entre las mejores del país, a pesar de todas las dificultades que enfrentan. Nuestra región las necesita en plenitud de sus facultades, porque son la pátina cultural desde donde florecerá el desarrollo endógeno de Tarapacá.

"Existen otros problemas menos evidentes: como las diferencias culturales, sociales, económicas entre las regiones".

Sergio González Miranda, Premio Nacional de Historia 2014

Si bien se discute el cierre del comercio a las 19 horas, es importante hacer diferencias, pues existen locales, como en el centro, que ya tienen esos horarios, pero los del sector sur abren y cierran más tarde. No todo es blanco o negro.

Larga espera

Deportes Iquique tiene un gran desafío en la liguilla para el ascenso y si bien el resto de los equipos también parará por los Juegos Panamericanos, para Iquique será más complejo. Lo bueno es que ya se preparan amistosos, que tendrán que tomarse muy en serio.

Más protección

Las obras que ejecuta Aguas del Altiplano en calle Luis Uribe están paralizadas hace algunos días, pero requieren alguna protección que evite accidentes. Es imposible que solo unos conos y una cinta de plástico eviten que las personas pasen cerca del forado...