Es de gran preocupación entre los vecinos, principalmente del sector céntrico de la ciudad, el aumento de personas en situación de calle en Iquique.

Se trata de un fenómeno que si bien se ha normalizado a lo largo de los años en época invernal, no deja de ser preocupante, tanto por el estado de estas personas como por el gran deterioro que provocan en los espacios públicos.

A esto se suma la agresividad que algunos tienen respecto a los transeúntes a causa del consumo problemático de alcohol y drogas y otros por contar con patologías de salud mental no tratadas.

La situación es crítica, pues muchas veces los vecinos le piden soluciones a Carabineros, lo que sin embargo escapa de sus atribuciones, ya que se requiere una mayor intervención psicosocial de los equipos del Ministerio de Desarrollo Social, que de todos modos depende de la voluntad de estas mismas personas de ser intervenidas.

A la problemática habitual se fue sumando un grupo de personas extranjeras en situación irregular que se han quedado en situación calle, pese a los esfuerzos del aparato estatal para ir apoyando a aquellos que tienen interés de salir de esta condición. Incluso muchos trabajan limpiando autos en el centro y luego pernoctan en las plazas del sector.

Sin duda el escenario está tomando ribetes más complejos, por lo que es necesario un plan multisectorial que permita afrontarlo, además de buscar salidas legales para poder descongestionar los espacios públicos y llevar a estas personas a un albergue, al menos de pernoctación y donde tengan acceso a servicios higiénicos.

Es impensado que esta problemática se resuelva de la noche a la mañana, pero al menos es importante que exista un trabajo más intenso y con mayores recursos, que vaya más allá de esporádicos operativos de desalojo que solo implican que se trasladen a otros sectores.

Nadie está libre de caer en situación de calle y es deber del Estado hacer un trabajo con estas personas que, de cierto modo -y por distintos motivos,- se han ido quedando fuera de la sociedad. No solo pueden depender de la caridad o buena voluntad de algunos ciudadanos u organizaciones.

"Sin duda la problemática está tomando ribetes más complejos, por lo que es necesario un plan multisectorial".

Hay lugares especiales en todos los países y no necesariamente son sus capitales o ciudades más pobladas. Sin duda, Chillán es -como lo repetía siempre un querido amigo- la Atenas de Chile. No es necesario repetir a todos quienes nacieron o vivieron allí o en sus alrededores, basta con decir que un 20 de agosto de 1778 nació Bernardo O'Higgins Riquelme.

No siempre los padres de la Patria tienen virtudes morales o personales a la altura de tan alta distinción. Quien estudie a Bernardo O'Higgins con detalles verá que merece en justicia ese honor y, además, los que le entregó la república del Perú. Bernardo tuvo una vida difícil en Chile, donde el prejuicio recorrió su infancia y lo acompañó a la distancia toda su vida. Quizás fue para él una oportunidad y un alivio ese traslado a Lima -a la edad de 12 años- para estudiar en el Convictorio de San Carlos, un colegio fundado por el virrey Amat y Juniet en 1770. Allí hizo amistad con algunos futuros próceres peruanos de la independencia de ese país, como el aristocrático Bernardo de Torre Tagle. También conoció en esas aulas a Juan Nepomuceno Manco Inca, cacique de Chilca.

Este colegio llamado Real Convictorio de San Carlos, estaba relacionado con la universidad de San Marcos, y surgió después de las expulsiones de las órdenes jesuitas, que contaban con el Colegio Real de San Martín. Era un lugar para los hijos de la elite colonial, pero desde sus aulas surgirá también la semilla de rebeldía en contra de la monarquía. O'Higgins estuvo cuatro años en el Convictorio de San Carlos, para posteriormente partir a Inglaterra a estudiar en Richmond. En Londres conocerá nada menos que a Francisco de Miranda, figura señera de la emancipación americana. De esos encuentros nacería después la Logia Lautaro para promover la independencia de algunos países como Argentina y Chile.

En mi opinión no hay museo más agradable de visitar que la casa de O'Higgins en el Jirón de la Unión en pleno centro de Lima. Allí Bernardo pasó su exilio hasta su fallecimiento en 1842. Se puede sentir en el ambiente un aroma de esos años de tristeza y felicidad. Tristeza porque el prejuicio que sintió en su infancia perduraba en Chile mientras estaba lejos de la patria y, de felicidad, por la amistad que siempre tuvo en el país del Rímac.

"En mi opinión no hay museo más agradable de visitar que la casa de O'Higgins en el Jirón de la Unión en pleno centro de Lima

Sergio González Miranda,, Premio Nacional de Historia

La falta de empatía entre los ciudadanos es un germen que cada vez penetra más en la sociedad actual. Esto se nota, por ejemplo, a la hora de transitar por las calles de Iquique, donde ni a peatones ni a conductores le importa el otro.

Renovar Baquedano

Si hasta hace algunos años las tablas de Baquedano eran su principal problema para poder transitarlo, en la actualidad es la calzada de piedra que está muy dañada y más de algún tobillo se ha llevado. Sería bueno pensar en una renovación del sector.

Iluminación

A los continuos cortes de energía eléctrica que afectan a distintos sectores de Iquique, el deficientes alumbrado público que exhiben algunas zonas, incluidas áreas turísticas como Playa Brava, terminan generando molestia en la población y más inseguridad.