Aunque con matices, parece un hecho histórico que el presupuesto regional llegue a la última parte del año con una baja ejecución. Sin embargo, la meta de gasto se alcanza por lo general durante las últimas semanas de diciembre, momento en que las celebraciones navideñas, de año nuevo y otros movimientos parecen aportar de manera significativa a conseguir el ciento por ciento.

Hoy por hoy la situación parece no ser muy distinta, toda vez que el último reporte de la Dirección de Presupuestos (Dipres) estableció que Tarapacá se ubica en el segundo lugar de las regiones con menor ejecución, alcanzado solo 33,4%. En términos más concretos, de los más de $56 mil millones destinados para la región, solo se han ejecutado $18.700 millones, esto pese a las múltiples necesidades que experimentan los habitantes de las siete comunas.

No cabe duda que explicaciones puede haber muchas y muy válidas como las complejidades en el proceso de las distintas licitaciones, la quiebra de empresas que ejecutan trabajos o la falta de herramientas técnicas que permitan avanzar en diversas iniciativas, pero lo cierto es que no deja de llamar la atención que una región con tantas urgencias no logre avanzar de manera significativa pese a la existencia de recursos.

Es evidente, por ejemplo, que un número no menor de vías urbanas y caminos rurales presentan serios daños, que el sector centro de Iquique pide a gritos una intervención profunda, que el alumbrado público exhibe graves deficiencias que contribuyen a la sensación de inseguridad y que el terminal de buses presenta un enorme deterioro.

Por eso, es lamentable que no se avance a mayor velocidad en soluciones concretas para estos y otros temas que tanto tiempo llevan esperando y que influyen la calidad de vida de los ciudadanos.

En este y en otros espacios se ha advertido también sobre la necesidad de impulsar proyectos de mayor envergadura y que realmente marquen la diferencia.

Es importante, entonces, que los municipios y otras reparticiones públicas aceleren las iniciativas y logren materializar aquellos proyectos tan esperados y que tanto necesitan los tarapaqueños.

"Es lamentable que no se avance a mayor velocidad en soluciones concretas para estos y otros temas que tanto tiempo llevan esperando".

Agosto otro mes de devoción popular. Lolo, así llamado por sus fieles, altera y para bien nuestra vida cotidiana. Sus colores invaden la ciudad, el desierto y en el pueblo de Tarapacá, el paisaje sonoro rompe la calma de ese poblado de antigua data, asentados ahí motivados por la domesticación de plantas. En otras palabras, por la agricultura.

La vida del santo en estas tierras es la de un testigo presencial de nuestra historia. Lorenzo, va paso a paso, convocando a sus devotos. Ya sea como fiesta patronal, fiesta minera en el ciclo de la plata y luego salitrero, de la crisis, del ciclo pesquero, la Zofri, de la nueva minería y del auge del comercio informal como un nuevo modo de producción, o mejor dicho, de circulación.

El Lolo es un santo que convocado a llevar sus tesoros para la iglesia de esa época, moviliza a menesterosos, enfermos, pobres y los congrega en una plaza. Lorenzo exclama aquí está tu tesoro. Por ese acto, es condenado a la hoguera. Es un santo rebelde que milita en lo que se llamó cristianismo primitivo, no el de Roma. Y además, por decirlo en términos actuales, es un santo inclusivo y de la diversidad.

Su templo ha sido devastado por terremotos e incendios, en la guerra del Salitre fue sacado del templo y llevado a un escondite. Más que castigador, según la expresión de Braulio Olavarría, ha sido castigado.

La devoción popular en el Norte Grande de este inmenso país, se caracteriza por la cercanía entre, en este caso, el santo con su pueblo. Llamarlo Lolo es romper las barreras formales del protocolo. Nombrarlo Lolito es señal del cariño. Hay que tocarlo, hay que mirarlo con profundidad. Es un compadre paleteado y como tal hay que cumplirle. La China es la madre, el Lolo es el compadre. El cachimbo que enseñaba Gladys Albarracín, cada 10 de agosto, es el tributo al santo que se ha quedado a vivir en el silente pueblo, escenario de una larga y rica historia.

"Llamarlo Lolo es romper las barreras formales del protocolo. Nombrarlo Lolito es señal del cariño (...) Es un compadre paleteado y como tal hay que cumplirle".

Bernardo Guerrero Jiménez, sociólogo y académico Unap

Hoy muchos centros comerciales y espacios públicos se llenarán de niños y niñas para celebrar su día. Pero junto a los festejos, es importante reflexionar en lo que se les está dejando a las nuevas generaciones.

Precaución

Luego que se detectara la presencia de la temida fragata portuguesa en Cavancha, es necesario que quienes disfrutan del principal balneario de la ciudad tomen las medidas de precaución para evitar situaciones que pongan en riesgo la salud. A cuidarse.

San Lorenzo

Desde ayer muchas personas comenzaron a desplazarse al pueblo de Tarapacá para participar de la Fiesta de San Lorenzo. Es importante que antes del viaje se tomen todas las medidas preventivas para evitar accidentes de trayecto y, además, hacerlo con paciencia.