Como la ciudad del futuro fue bautizada hace algunas décadas la comuna de Pozo Almonte. La capital de la Provincia del Tamarugal espera convertirse en un centro logístico en el marco del avance del corredor bioceánico que uniría a los países del cono sur en una franja que busca salir con productos al Asia Pacífico.

Esta semana el Consejo Regional aprobó más de 4.406 millones de pesos para el financiamiento del diseño y puesta en marcha del parque industrial y tecnológico de Pozo Almonte, iniciativa que por años ha sido el anhelo de los habitantes de esa comuna y que podría ser un polo de desarrollo y dinamismo para toda la región.

La iniciativa ha sufrido una serie de aplazamientos, pese a ya contar con un terreno de 27 hectáreas para los estudios desde el año 2018, cuando se transfirieron los terrenos pertenecientes a Bienes Nacionales.

La actualidad económica que afecta al país no da para seguir esperando y es importante que se pueda concretar esta iniciativa que, sin duda, puede traer mayor desarrollo no solo a Pozo Almonte, sino a toda la región, siendo un nexo con las faenas mineras, pero también podría convertirse en un sector clave ante la materialización de los corredores.

Más que nunca Pozo Almonte podría transformarse en la ciudad del futuro, pero para eso se requiere un trabajo serio y disciplinado que permita que este proyecto avance de manera concreta y que todos los anuncios que se han dado hasta ahora sean una realidad.

En la etapa que sigue además se requiere un trabajo que atraiga a los inversionistas y contribuya a transformar a Tarapacá en una plataforma de servicios a la industria y fortalezca la cadena de valor.

En este sueño pozoalmontino se requiere la suma de voluntades más allá de las que pueda impulsar el gobierno de turno, sino que incluya a las grandes empresas locales, gremios y empresas internacionales que actualmente operan en el territorio regional.

El corredor bioceánico, de concretarse, podría generar valor no solo para la región por donde atravesará, sino a todo el norte del país, y quienes más lo aprovechen serán aquellos que estén preparados para entregar la logística que requerirá. Hay mucho trabajo por hacer.

"En este sueño pozoalmontino se requiere la suma de voluntades más allá de las que pueda impulsar el gobierno de turno".

Hoy viernes 21 de julio se conmemora un año más de la independencia del Perú. Hubo tarapaqueños que ocuparon el principal sillón del Palacio Pizarro en Lima, el más conocido es Ramón Castilla Marquesado, quien lo ocupara en dos periodos (1845-1851, 1855-1862). Remigio Morales Bermúdez asumió como presidente en 1890, pero no pudo cumplir su mandato al fallecer el 1 de abril de 1894, nació en Pica el 30 de septiembre de 1836. Guillermo Billinghurst llegó a la presidencia del Perú en 1912 y un golpe de estado lo destituyó en 1914, fallecería un año después en Pica. Había nacido en Arica en 1851, pero llegó niño a Iquique y se transformó en un tarapaqueño esencial. Ellos no son todos los tarapaqueños que estuvieron en el Palacio Pizarro, falta Antonio Gutiérrez de la Fuente.

Antonio Gutiérrez de la Fuente nació en Huantajaya un 8 de septiembre de 1796, descendía del que fuera el minero tarapaqueño más poderoso del siglo XVIII, José Basilio de la Fuente Haro y Loayza. Antonio era hijo de Luis Gutiérrez de Otero y de Manuela de la Fuente Palacios. Quizás valga mencionar de inmediato que era sobrino de Matías de la Fuente Palacios, porque alrededor de 1809 Matías trasladó a Talcahuano a sus sobrinos Calixto, Antonio, Juan y José Gutiérrez de la Fuente, pues había instalado una fábrica de pólvora en la caleta Tumbes para el servicio del virreinato. Los Gutiérrez de la Fuente (y también el amigo de Antonio llamado Ramón Castilla Marquesado) se educaron en Concepción. Este detalle es relevante porque durante la batalla de Yungay del 20 de enero de 1839, Antonio y Ramón lucharon bajo el mando del General chileno Manuel Bulnes. El triunfo sobre el ejército del general boliviano Andrés de Santa Cruz significaría para Antonio y Ramón ser reconocidos tanto en Perú como en Chile como próceres americanos. Antonio alcanzaría el título de Gran Mariscal de Arequipa y ocuparía interinamente la presidencia del Perú durante el segundo mandato de Agustín Gamarra. A la muerte trágica de Ramón Castilla en 1867, Antonio era ministro y le correspondió encargarse de los funerales de su amigo y coterráneo.

Antonio nunca dejó sus intereses mineros en Huantajaya e incursionó también en la minería del salitre, fue socio de la Compañía Salitrera Esperanza, organizada sobre la base de un gran estacamento descubierto en el cantón Lagunas por su primo Asencio Almonte de la Fuente. Gracias a su longevidad, Antonio no solo se enteró de la expropiación de las salitreras de Tarapacá durante el gobierno del presidente Manuel Pardo y Lavalle, sino que fue gran opositor a esa medida en su calidad de senador por Tarapacá. Falleció en Lima, donde sirvió como alcalde en dos oportunidades, en 1878 a los muy ilustres 82 años.

"Antonio Gutiérrez de la Fuente nació en Huantajaya un 8 de septiembre de 1796".

Sergio González Miranda,, Premio Nacional de Historia 2014

No solo en la Zona Franca se ven los síntomas de la baja en el consumo a causa de la crisis económica. Muchos locatarios del centro también están afectados y muchos cerrando negocios al no ser rentables. Hay que controlar la informalidad.

Veredas

Pese a ser un proyecto que debió estar listo hace meses, todavía los peatones esperan por el término del proyecto de veredas para el centro. Si bien es importante que se hagan obras y la incomodidad es parte ello, el cumplimiento de los plazos también es importante.

Zona Franca

El gran socavón que se está reparando en el sector de Zona Franca ha generado más de una incomodidad en quienes circulan por el lugar. Lo lamentable es que hay otras vías que presentan enormes daños y siguen ahí, esperando reparación.