En los últimos años, el tráfico ilegal de vehículos se ha convertido en un problema significativo en nuestra región y en el norte del país, particularmente en la zona fronteriza con Bolivia. Este contrabando ha generado preocupación y desafíos para las autoridades y la comunidad en general. A medida que Chile se concentra en reforzar sus fronteras para evitar los ingresos irregulares, es igualmente importante abordar de manera efectiva este problema inverso que afecta al norte región.

El tráfico ilegal de vehículos no solo representa una pérdida económica para el país, sino que también tiene implicaciones en materia de seguridad y legalidad. Los vehículos robados en Chile que cruzan la frontera hacia Bolivia están siendo utilizados para otras actividades ilícitas, contribuyendo al comercio ilegal y poniendo en riesgo la seguridad.

Lo ocurrido con la familia de Calama, a la que le robaron un camión, es un ejemplo lamentable y terrible de los alcances que puede tener este delito y de lo necesario que es implementar estrategias integrales para combatir este fenómeno. El dueño del vehículo terminó siendo gravemente herido al intentar recuperar su vehículo, según se ha informado hasta ahora.

Por lo mismo, es importante el primer paso que se dio el miércoles en Iquique, con la reunión del subsecretario Manuel Monsalve y una comitiva de Bolivia, liderada por el ministro de Gobierno de ese país, Carlos del Castillo, en donde hubo compromisos en materia de seguridad. Uno de estos guarda relación con tener un registro en línea, compartido por ambos países, respecto a los vehículos robados, para que las policías e instituciones puedan tener información en línea y así iniciar los procedimientos que permitan recuperar los vehículos robados. Dados los antecedentes que hay de este tipo de delitos, es fundamental que se destinen más recursos para fortalecer el combate contra el tráfico ilegal de vehículos.

Esto implica proporcionar el apoyo necesario en términos de personal, tecnología y logística, para llevar a cabo operaciones efectivas y sostenibles en la lucha contra este delito.

"Los vehículos robados que cruzan la frontera hacia Bolivia están siendo utilizados para otras actividades ilícitas".

Las familias tarapaqueñas eran profundamente católicas durante el siglo XIX. Por esa razón tenían santos patronos en todas las comarcas de la provincia e, incluso, bautizaron a sus oficinas salitreras (lo hicieron con todo tipo de minería) con nombres de santos, santas u otras referencias a la iglesia como Resurrección, Rosario, Asunción, etc. Por lo mismo, el nombre de la virgen del Carmen no quedó excluida, más aún, fue ella la que acogió espiritualmente a los miles inmigrantes chilenos que llegaron a estas tierras desde mediados de ese siglo. Por ello, no es extraño que se transformara en la Patrona de Tarapacá.

Haciendo una mirada general, sabemos de salitreras llamadas: Carmen Bajo en el cantón Pozo Almonte, Carmen Alto en el cantón Soledad, Carmelita en el Cantón Negreiros y otras homónimas en el Cantón Zapiga y en el cantón Santa Catalina. Carmelitana también en Zapiga. En Pampa Negra estaba Carmen de Schells. Carmen de Morales en el Cantón Negreiros y en el mismo cantón estuvo Carmen de Oviedo. Carmen de Rimac era del cantón Bellavista y Salar del Carmen en el cantón Soledad. Posiblemente, quedaron algunas "Carmen" en el tintero. De todas formas, mi deseo es contar una pequeña historia de una oficina "Carmen" hermanda con otra llamada "Chilena".

El minero tarapaqueño Antolín Morales comenzó a organizar su estacamento salitrero a partir de 1848, alcanzando una cantidad de estacas que, como dijo un testigo de época, podría haber asegurado el futuro de sus hijos. Lamentablemente, el 11 de agosto de 1870, en Pica, falleció Antolín a la edad de aproximadamente 40 años, dejando a dos hijos naturales, Salvador y Felipe. Antolín era soltero, pero no solitario, su mujer se llamaba Isidora Olgueda, madre de Felipe. Todos los estacamentos de Antolín Morales conformaron dos oficinas salitreras: "Carmen" y "Chilena", ambas en el cantón de Negreiros. Las que se dividieron entre los hijos: "Carmen" para Salvador y "Chilena" para Felipe. ¿Por qué esos nombres? La respuesta es simple: Isidora Olgueda era de nacionalidad chilena y, suponemos, creyente de la virgen del Carmen.

El nombre "Carmen" en Tarapacá es sinónimo, para algunos, de Pachamama, para otros de la Madre o la Virgen. Su importancia es esencial para la gran familia tarapaqueña. Mis abuelos así lo entendieron al llegar a esta tierra a comienzos del siglo XX, a su primera hija nacida en Iquique la bautizaron O. del Carmen (mi madre) y ésta a su primera hija A. del Carmen (mi hermana mayor). En estos días habrá un muy esperado reencuentro con la Patrona de Tarapacá en La Tirana y en el corazón de cada uno.

"El nombre Carmen en Tarapacá es sinónimo, para algunos, de Pachamama, para otros de la Madre o la Virgen. Su importancia es esencial".

Sergio González Miranda, Premio Nacional de Historia

Para mañana se prevé un lleno completo del pueblo de La Tirana, cuando miles de fieles estén para la víspera del 16 de julio, Día de la Virgen del Carmen. Por lo mismo, es fundamental planear desde ya el viaje si es que aún no está en el poblado.

Hoyo de proporciones

Otro gran evento en una ruta de la ciudad fue denunciado por los transportistas, esta vez en la vía que va hacia el Marinero Desconocido. Lo que llama la atención es que ningún organismo competente asume directamente la responsabilidad por el estado de la arteria.

Turismo

Pese a que los días en Iquique han estado nublados, de todas formas la ciudad igual es atractiva para miles de viajeros nacionales, quienes siguen llegando a la capital regional para disfrutar de sus vacaciones de invierno. Ojalá que se lleven una buena impresión y retornen.