Distintas iniciativas públicas han buscado recuperar la actividad en los barrios comerciales de Iquique, sobre todo en aquellos emplazados en el corazón de la ciudad, espacios que durante décadas recibieron a miles de tarapaqueños diariamente, pero que desde el estallido social comenzaron a sufrir un verdadero abandono, transformándose muchos de ellos en espacios donde hoy reinan las incivilidades y la delincuencia.

Tras los hechos ocurridos en octubre de 2019 sobrevino la pandemia y la crisis migratoria, lo que agravó todavía más el problema. Otro factor importante fue el teletrabajo, fenómeno que se instaló con fuerza en todas partes y que permitió a muchas instituciones, empresas, comerciantes y prestadores de servicios fortalecer sus canales de atención digital y limitar la atención de público de manera presencial.

Todo lo anterior derivó en un brusco cambio en el comportamiento de la población, la que hoy en gran número prefiere abandonar el corazón de la ciudad durante las primeras horas de la tarde o realizar compras y trámites en otros sectores, quizás donde se sienten menos expuestos a la acción de la delincuencia.

Si bien esta misma situación no es exclusiva de Iquique, pues incluso la comuna de Santiago enfrenta una crisis similar, lo cierto es que sí se pueden tomar acciones locales para recuperar estos espacios. Eso sí, se necesita inversión en infraestructura pública y no solo eventos pasajeros que finalmente no resuelven el tema.

El problema es profundo y se reafirma, por ejemplo, con el asalto y tiroteo que ocurrió el viernes a mediodía en plena Plaza Prat, donde un grupo de delincuentes siguió a una persona que salió de una sucursal bancaria, la que luego fue interceptada en el estacionamiento subterráneo, a metros de la Prefectura de Carabineros.

Hechos de este tipo, qué duda cabe, incrementan la sensación de inseguridad en el sector central y alejan a la población del lugar.

Si el objetivo de las autoridades es recuperar esta histórica zona, es necesario generar las acciones para erradicar el comercio ambulante, combatir las incivilidades y poner más orden, aunque el costo político sea alto y se pierdan votos. Es momento de acciones más eficientes, no se puede seguir esperando.

"Hechos de este tipo, qué duda cabe, incrementan la sensación de inseguridad en el sector central y alejan a la población de estos lugares".

La traza urbana de la ciudad ha ido cambiando. El neoliberalismo ha ido segmentando la urbe. El valor del suelo urbano, mediante la especulación, ha subido de precios. El Estado le ha cedido a las inmobiliarias la gestión de la ciudad. Los viejos lugares, en el sentido definido por Auge dan paso a los no-lugares. Los viejos cines, por ejemplo, se convierten en bancos o templos evangélicos. Una canción de Joan Manuel Serrat, "Los fantasmas del Roxy" da cuenta de cómo un viejo cine se transforma en un banco: "Y en su lugar han instalado la agencia número 33 del Banco Central".

Joaquín Sabina en "Nos dieron las diez" da cuenta de cómo un bar se transforma en un banco: "Y en lugar de tu bar me encontré una sucursal del banco hispano-americano... Tu memoria vengué a pedradas contra los cristales".

Otros lugares han cedido, por obligación sus instalaciones a iglesias evangélicas. En Tarapacá al llegar a Amunátegui, casi al lado de la otrora farmacia Cóndor, la noche del sábado se encendía con fiestas coléricas y en los 80, sirvió para cantar aquellas canciones que la radio no podía, estaban prohibidas. "Todavía cantamos".

El Don Sata, clausurado por la dictadura el año 1973, se transformó en un lugar que no dice nada. Al pasar por ahí aún se escucha "Mujer de Magia Negra" de Carlos Santana. Según el decreto municipal, las malas costumbres se daban cita ahí, ayudadas por la semi-oscuridad.

El plano regulador de ese Iquique, lo transformaron a la fuerza. Las calles se vaciaron. Y de paso le cambiaron nombres. Hoy estamos llenos de farmacias, ópticas, botillerías y mini-market, que antes se les llamaba despachos. Casero era la contraseña.

Nos queda la canción "La calles de mi puerto" del gran Belfor Inostroza cantada por Fernando Celedón. Son las mismas calles de hoy, pero ya no resuenan como lo hicieron ayer. "La avenida Balmaceda señorial" vive solo en ese vals que se llama escuetamente Iquique, escrito por don Gilberto Rojas. Como para apedrear ciertos lugares. "En mi declaración alegué que llevaba tres copas".

"El plano regulador de ese Iquique, lo transformaron a la fuerza. Las calles se vaciaron".

Bernardo Guerrero Jiménez,, sociólogo y académico Unap

Ya comenzó, pero seguramente el desfile de autoridades y políticos aumentará durante estos días en el pueblo de La Tirana. Ojalá que la instancia sirva para que noten la escasa iluminación de la carretera y otros problemas.

No hay caso

Prácticamente todos los días se registran accidentes automovilísticos en la bajada de Alto Hospicio a Iquique. Lamentablemente, la mayoría de los conductores no respeta el límite de velocidad. Quizás es momento de poner tecnología que permita multar a los infractores.

Retorno

Se están invirtiendo importantes recursos para estrechar lazos locales con Brasil, lo que sin duda podría traer buenas oportunidades comerciales para la región. Se espera, entonces, que el gasto sea fructífero y no quede solo en buenas intenciones.