Violencia en el fútbol
A tres días que se materialice un nuevo "Clásico del Norte", los organismos judiciales ni tampoco los deportivos han informado avances respecto a la investigación relacionada con los violentos ataques que sufrió en Alto Hospicio y en la Ruta A-16 un bus que trasladaba a hinchas de San Marcos de Arica, hechos que se viralizaron a través de las redes sociales y que generaron una condena transversal.
Desde cualquier mirada, se trató de hechos de la mayor gravedad, pues la acción de un grupo de desadaptados pudo terminar en una verdadera tragedia y comprometer la vida o integridad física no solo de las víctimas de la emboscada, sino que también de todos quienes en ese momento se desplazaban por una de las carreteras más transitadas de la región.
Si bien la emboscada ocurrió fuera del estadio, lo cierto es que la situación se generó tras un encuentro deportivo, lo que reafirma -una vez más- que la violencia se ha apoderado del fútbol y que las barras bravas tienen tomada una de las actividades más populares del país.
Tal como se ha debatido en diferentes instancias, la Ley de Violencia en los Estadios parece ser letra muerta o bien los organismos vinculados a su aplicación no han implementado las acciones necesarias para erradicar la violencia y aislar a estas personas de la actividad.
En el caso particular de este último episodio, llama la atención que, pese a la existencia de imágenes, todavía no se sepa de personas imputadas o vinculadas al delito, porque por tratarse de un ilícito, es deber de las autoridades actuar en consecuencia.
En esa misma línea, también se requiere el compromiso de los clubes deportivos, quienes deben asumir la responsabilidad como organizadores de los espectáculos, de modo que los hinchas, las familias, cuenten con todas las medidas de seguridad al interior de los estadios. Además, es clave que se realicen todas las coordinaciones necesarias para garantizar que ataques como el de hace algunos días no se repitan.
Es importante, entonces, que se avance en la investigación y que los responsables respondan penalmente. Se trata de un hecho grave y que no puede quedar impune. No basta con repudiarlo, sino que hay que aplicar la ley.
"Es importante, entonces, que se avance en la investigación y que los responsables respondan penalmente".