El último informe de empleo del Instituto Nacional de Estadísticas dio cuenta que la desocupación se situó en 7%, contrayéndose en 1,4 pp. en doce meses, además, fue menor a la registrada a nivel nacional (8,5%).

La baja responde a un alza de 1,0% de la fuerza de trabajo, menor a la registrada por las personas ocupadas (2,5%). Por su parte, los desocupados disminuyeron en 15,4% respecto a igual periodo del año anterior.

Las cifras son positivas, porque significan una mejora, aunque sea leve, de la economía regional, pero que hay que mirar con cautela de cara a los próximos meses.

Una de las cifras a analizar es la ocupación informal que en el trimestre marzo - mayo 2023, se estimó en 65.447 personas, aumentando 12,8% en 12 meses, equivalente a 7.413 personas ocupadas informales adicionales.

Dicho resultado fue incidido por el incremento de los hombres (22,2%) y de las mujeres (4,1%). Con ello, la tasa de ocupación informal se situó en 34,6%, aumentando 3,1 pp. en 12 meses.

Sin duda la informalidad es un signo de una baja calidad de empleo, la cual fue decayendo con el estallido social y la pandemia y que no ha podido recuperarse.

Por otra parte, está que en los últimos doce meses, la estimación del total de personas ocupadas subió 2,5%, incidida por los hombres (3,5%) y por las mujeres (1,4%). Según sector económico, la principal incidencia positiva sobre este aumento correspondió a administración pública (45,3%).

En este sentido, se requiere ir más allá y además de fortalecer el Estado es importante promover la inversión privada que permita generar mejores empleos que vayan aparejados de mayores riquezas para el país y no solo de gasto público.

Es importante que el país se desarrolle en torno a grandes proyectos, para lo cual se requieren grandes acuerdos políticos que salgan de la mezquindad de los distintos sectores y que proyecten un futuro con una industria fortalecida.

Todos desean mejores derechos sociales y calidad de vida, pero esta solo se logra cuando existe un país que desarrolla sus riquezas y que permite sostenerlas en el tiempo.

"Además de fortalecer el Estado es importante promover la inversión privada que permita generar mejores empleos".

Hoy ha regresado a la opinión pública un concepto filosófico que puede expresar una reflexión de fondo o solo una cuña periodística con propósitos políticos contingentes, me refiero a aquel sobre la crisis moral en Chile.

En el Ateneo de Santiago, el 1º de agosto de 1900, el político y académico Enrique Mac Iver Rodríguez, pronunció un discurso sobre la crisis moral de la república, debido a su constatación de que Chile comenzaba a retroceder respecto de los demás países de América Latina, observaba que el espíritu empresarial que motivó la búsqueda de la minería más allá de las fronteras del país se extinguía, entre otros temas. Enrique Mac Iver habla de la vara mágica que hizo "brotar puertos y ferrocarriles, canales y caminos, escuelas e inmigración, industrias y riquezas, trabajo y bienestar en toda la extensión de la república. Con nuestros ahorros y el económico centavo arrancado al sudor del pueblo por la vía del impuesto, habíamos hecho la primera línea férrea del hemisferio austral, el primer telégrafo, las obras públicas relativamente más difíciles y costosas de la tierra hispanoamericana…" Sin embargo, observaba corrupción en el país y un crecimiento de lo individual respecto de lo público. Reconocía Mac Iver que para 1900 se estaba mejor que antes, Chile contaba con más y mejores escuelas, más y mejores maestros normalistas, pero la ignorancia persistía; se tenía más jueces, pero no más justicia. Se preguntaba: ¿progresamos? Sabemos que Chile a comienzos del siglo XX no atravesaba por una crisis económica y tampoco política. La crisis era ética para Mac Iver, por ello, la "cuestión social" (las habitaciones obreras, el precio de los alimentos, la pobreza campesina, la escolaridad de niños y adultos, etc.) fue lo que marcó la preocupación de los pensadores y políticos, pero también del estado nacional. Hubo comisiones consultivas al norte en 1904, 1909, 1913, 1919, pero solo a partir de 1920 se promulgaron leyes sociales.

Este discurso de Mac Iver fue el primero de los que expresaron una preocupación sobre el destino del país, en el contexto del centenario de la república, recordemos a Nicolás Palacios, Francisco Antonio Encina, Alejandro Venegas, Tancredo Pinochet Le-Brun, Luis Emilio Recabarren, entre otros autores importantes del siglo XX. ¿La crisis de la república actual es más grave que la de agosto de 1900?, porque más allá de los problemas que nos aquejan no enfrentamos una crisis, pero carecemos de reflexión sobre nuestro destino común, producto de un individualismo egoísta que nos impide pensar colectivamente. Incluso, del bicentenario, no hay ningún discurso señero que recordar. (Le dedico esta columna a mi amigo Mario Zolezzi).

"Más allá de los problemas que nos aquejan no enfrentamos una crisis, pero carecemos de reflexión sobre nuestro destino común".

Sergio González Miranda, Premio Nacional de Historia

Tras el solsticio de invierno las temperaturas han comenzado a disminuir en la región. Si bien parece que el invierno será menos duro que el año pasado, igual es importante tomar medidas para prevenir los molestos resfríos.

Es su trabajo

Las autoridades deben entender que cuando entregan recursos para cada iniciativa, no es dinero que sale de sus bolsillos. Por lo mismo, hay que dejar atrás las prácticas de agradecimientos obligados de los beneficiarios.

Los cargos demandan gestión, ese es su trabajo.

Controles

Llama la atención que con tanto control, fiscalización aduanera incluida, buses repletos de personas con ingreso irregular se traslade sin problemas hasta la capital. Parece extraño, ya que a los viajeros los revisan en El Loa y Quillagua.