"Son verdaderas mafias que hay metidas en el centro de Iquique"
Desde Santiago, reunido junto a otros gremios del comercio detallista, Lanino cree que se deben aunar fuerzas para salir de la crisis económica que afecta gravemente a su sector, junto con hacer frente al "flagelo de la delincuencia".
Ser pyme en plena crisis poscovid es complejo, más aún si se está dentro de un escenario de incertidumbre económica y social donde la ansiada recuperación pareciera no llegar. Así lo cree el presidente de la Cámara de Comercio Detallista de Iquique, Livio Lanino presidió por primera vez la asociación en 1996. Afirma que ha visto la transformación de toda una ciudad y en particular del centro, que ha pasado de ser un punto de encuentro a una zona donde ronda el temor ante la delincuencia,
-¿Cómo definiría el estado actual del centro de la ciudad?
-El centro está en estado crítico en materia de seguridad. Hay varios puntos donde abundan los asaltos, el más complicado diría yo está en calle Juan Martínez con Esmeralda, el llamado Barrio Boliviano. En ese cuadrante es donde más reportes nos llegan de asaltos, muchos a mano armada.
Hechos delictuales que se extienden en calle Thomson, Vivar, Sargento Aldea y Ramirez y que además suman un factor que complejiza más a los locatarios, el comercio ilegal, ambulante que se ha tomado las principales arterias comerciales del centro. A pesar que llega Carabineros a desalojarlos, estos siempre vuelven.
Otra zona de interés, es Tarapacá con Juan Martínez donde cuando cae la noche muestra otra cara, lleno de puestos de comida, olores desagradables, delincuencia, pugilato. Una mezcla de todo orden de cosas que hace imposible una sana convivencia. Factores que al ser sumados arrojan una serie de consecuencias como la que nos hemos visto obligados a cerrar las tiendas como máximo las 19:30 horas, ya que después de esa hora se hace peligroso seguir trabajando ya que uno queda expuesto a robos, a que te rompan la cortina del local. Eso sin considerar que estamos rodeados de tráfico de drogas y consumo de esta a plena luz del día, prostitución, una anarquía total. Hechos que merman las ganas y la confianza de los iquiqueños de venir al centro de la ciudad. Esa disminución evidentemente nos afecta.
-¿En qué momento ir al centro se volvió tan hostil?
-Esto se viene acrecentando desde el estallido social. Instancia donde algunos se aprovecharon de la convulsión para destruir nuestros locales que dejaron pérdidas millonarias en algunas pymes que simplemente no pudieron seguir adelante. Eso sumado a la instalación de comercio ilegal que prácticamente se tomaron las calles del centro en aquella época, algo que aún se ha mantenido hasta nuestros días.
A varios años de esto, nada ha cambiado, al contrario sigue empeorando con los ambulantes inamovibles del centro, la delincuencia desatada y que aprovecha el caos de las calles como refugio para realizar asaltos y la consumación de una serie de delitos, ya que estrechan las veredas, generan aglomeraciones, un caldo de cultivo para la delincuencia.
Son verdaderas mafias que hay metidas en el centro de Iquique. Se instalan en puntos estratégicos donde es carísimo arrendar legalmente y que ellos lo tienen a costo cero, es una jugada bastante lucrativa.
-¿Cuál cree que serían las soluciones a estas problemáticas?
-Creo que se debería partir entregando respuesta al tema de los ambulantes. Hace muchos años al ex alcalde Jorge Soria le plantee una solución que consistía en poder generar más espacios establecidos para sumar comerciantes legales, como por ejemplo subvencionar por parte del municipio algunos puestos para que su valor sea más accesible y pueda ser arrendado por alguien que quiere comenzar su negocio.
Quizás algo más factible puede ser lo que han hecho con los cierres de calle Vivar para el comercio establecido, con música, shows en vivo que generen atracción a la comunidad. Esto por supuesto que debe venir de la mano con una mano de gato, ya que hay que cambiar la cara a este sector de alguna forma.
Evidentemente tenemos que aunar las fuerzas para lograr una solución en conjunto con todos los actores de la sociedad. Estamos trabajando junto a las autoridades y las policías para lograr un objetivo en común, recuperar el centro.
Desde el municipio nos han comentado que están trabajando en un plan de seguridad y de intervención de ciertas áreas como la que mencionada en Tarapacá con Juan Martínez, con más árboles, iluminación ya que la idea es ir erradicando estas zonas de riesgo de la ciudad para que la gente vuelva a poder utilizar algo que es de todos y que debemos cuidar.
Hemos visto ya algunos arreglos en el centro como las veredas, faroles que de apoco están siendo instalados. Ha sido un proceso lento, lleno de pausas pero que en algo avanza.
-¿Cómo les afecta el aumento del sueldo mínimo y la reducción de horas laborales?
-Yo creo que nadie desconoce los beneficios que trae para el trabajador estas medidas, sin embargo debe existir un equilibrio en razón del complejo momento económico que se vive actualmente. Si nosotros reducimos la jornada así de golpe, las pymes, quienes pagan los sueldos mínimos, ya que son empresas pequeñas, el escenario se nos pone cuesta arriba.
Aquí lo que nos hubiera gustado es que esto se haya dado en el tiempo de forma paulatina considerando algún índice de productividad que nos permita tomar estas medidas. Es más, yo creo que si esto se hubiera hecho más pausado, nadie se hubiera opuesto a esta presentación.
Por si fuera poco a eso le tenemos que sumar la inflación, que ha restringido el gasto de los chilenos, cuidando la billetera. Se está destinando más a la alimentación, a los gastos del día a día.
"Esto se viene acrecentando desde el estallido social. Instancia donde algunos se aprovecharon (...) para destruir
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