Tras un año y tres meses de gobierno, el Presidente Gabriel Boric realizó su segunda cuenta, pero la primera en la que buscó poner su sello.

Fueron más de 3 horas las que el Presidente se dirigió al país. Hubo tiempo para hablar de una gran cantidad de temas y desde la cercanía el mandatario trató de explicar los principales logros, hasta ahora, de su administración, principalmente desde el punto de vista social, con la aprobación de la 40 horas laborales y el aumento del sueldo mínimo.

Independiente de lo que puedan pensar sus partidarios o las críticas desde la oposición, en varias oportunidades llamó a la unión del mundo político y destacó la gestión de gobiernos anteriores, lo que a su juicio ha permitido avanzar en diversas áreas y materializar iniciativas durante el último año.

Estas señales dan cuenta de un Gabriel Boric mucho más mesurado y con una visión más cercana a la centro izquierda que la que mostraba antes de resultar electo e incluso en sus primeros meses a cargo del Ejecutivo.

Fue el mismo Presidente quien manifestó que no temía seguir ajustando su programa a las necesidades que le ha hecho saber la ciudadanía.

Estas palabras presentes en el discurso también reafirman que el Gobierno necesita de una buena parte de la oposición para llevar adelante muchas de sus promesas de campaña, donde por ejemplo juega un rol principal la Reforma Tributaria, propuesta que fue rechazada en el Congreso, pero que el Presidente se niega a dar por perdida, considerándola fundamental para costear una serie de medidas sociales que -según sus palabras- estarían condicionadas a conseguir más recursos fiscales.

Con todo, está claro que se requiere un trabajo político transversal para muchas iniciativas que mejorarían la calidad de vida de los chilenos y en especial de los nortinos.

Se espera que estas señales y llamados a la unidad nacional no se queden solo en palabras y finalmente terminen en acuerdos políticos que le den prioridad a las necesidades de los ciudadanos, no solo en seguridad, sino también en salud, educación y vivienda, por nombrar las principales.

"Con todo, está claro que se requiere un trabajo político transversal para muchas iniciativas que mejorarían la calidad de vida de los chilenos".

El historiador George Duby le sigue las huellas al miedo desde año 1.000 hasta el 2.000, señalando como capítulos: el temor a la miseria, a las epidemias, a la violencia, al otro, al más allá. Parece que pudiéramos hacer un libro sobre el miedo en Chile casi con los mismos capítulos. Sin duda, el miedo en este momento en Chile no se expresaría como, por ejemplo, en la edad media, pero en el fondo puede ser muy similar. También, puede ser parecida, la utilización del miedo para fines políticos o de otra naturaleza. El historiador, Robert Darnton, narra un suceso que ocurrió en Paris en la década de 1730, sobre una matanza de gatos que, acusados de estar embrujados, condición que provocaba pánico, enmascaró una venganza por una supuesta injusticia cometida por los dueños de los felinos.

Hoy, en Chile, al parecer, tenemos más miedo que en las décadas anteriores. Por lo que se puede observar del comportamiento político del electorado, los capítulos escogidos del "libro sobre el miedo en Chile" serían: el temor a las epidemias (léase covid y otros virus), a la violencia (especialmente a la delincuencia armada, narcotráfico y el estallido social), al otro (el inmigrante irregular y ciertos grupos mapuches), mientras que el miedo a la miseria y al más allá, parecen haber quedado en un segundo plano, a pesar de su importancia para la supervivencia y la trascendencia.

La ciencia política le debe al miedo que tuvo Thomas Hobbes a la muerte violenta su gran obra: "Leviatán o la materia, forma y poder de una república eclesiástica y civil" editado en 1651. En palabras del propio Hobbes: "La pasión que mueve esos sentimientos es el miedo, sentido hacia dos objetos generales: uno, el poder de los espíritus invisibles; otro, el poder de los hombres a quienes con ello se perjudica. De estos dos poderes, aunque el primero sea más grande, el temor que inspira el último es, comúnmente, mayor". Hobbes tenía más temor (y desconfianza) de los seres humanos que de las divinidades. Finalmente, ellas a través del Estado (El Rey) ejercían el control social. Hoy, en Chile, al parecer, ya no creemos -como antes- en la sociedad y las instituciones nos regulan. El filósofo Emmanuel Levinas dice que "la violencia es originalmente justificada como defensa del otro, del prójimo, pero es violencia para alguien". ¿Quién es ese alguien? Espero que surjan pensadores y políticos que orienten en este confuso escenario, momento crucial cuando se redacta una nueva Constitución Política para el país.

"Hoy, en Chile, al parecer, tenemos más miedo que en las décadas anteriores".

Sergio González Miranda,, Premio Nacional de Historia 204

Los trabajos en el alcantarillado en Calle Barros Arana con Riquelme se han prolongado por varias semanas y aún no se ve que la calle vuelva a ser pavimentada. La polución actual genera estragos en el sector.

Neurodivergentes

Aunque no se saben las causas, es cada vez mayor el número de niños neurodivergentes. Es necesario que los colegios se adapten a esta realidad, que no puede seguir siendo opcional. Muchas familias sufren por no poder acceder a colegios con PIE.

Espacios públicos

Lo mencionó el Presidente en su cuenta: la necesidad de aumentar la disposición de espacios públicos para el esparcimiento de los vecinos. Sin duda como país estamos al debe, sobre todo en la zona norte, donde evidentemente faltan sitios gratis para compartir en familia.