Hoy nuestro país enfrenta un nuevo proceso eleccionario para elegir a consejeros constitucionales para redactar una nueva propuesta de constitución. Y lo hacemos en un clima de desencanto, desinterés, no hay ambiente electoral. Tal vez producto de haber tenido en poco más de dos años 7 elecciones, porque además vivimos una grave crisis económica, de inseguridad y de violencia, donde las prioridades de los chilenos son otras. A lo anterior, sumamos el vergonzoso proceso constitucional que vivimos hace poco, que la gran mayoría de los chilenos rechazó y, por cierto, también el descrédito de los políticos.

Entendiendo lo anterior, quiero resaltar, sin embargo, lo importante del proceso y que esperamos termine en forma exitosa esta segunda oportunidad que nos hemos dado como país. Si no lo hacemos bien, el tema constitucional seguirá rondando y sembrando incertidumbre en el país. Teniendo, además 3 años de un Gobierno en que este tema es prioritario para ellos y el no cerrarlo les impide avanzar en las verdaderas prioridades de los chilenos.

Espero que hoy resulten electos chilenos y chilenas que saben que la labor que les encomienda el país es poner el bien de Chile por encima de sus ideologías y no repetir ni caer en los errores del anterior proceso. Redactar una propuesta que una a los chilenos, que entregue la estabilidad y certezas tan necesarias para que podamos desarrollarnos y mejorar la calidad de vida de todos.

Para lograr este objetivo, espero que sea un proceso ejemplar, que mucha gente vaya a votar, teniendo un alto porcentaje de participación y que quienes resulten electos entiendan que no se puede repetir lo ocurrido en la convención constituyente pasada, en que un sector y en forma prepotente quiso desconocer que no todo el país piensa como ellos y que una constitución lo que hace es establecer las bases de la institucionalidad, limitar el poder político, establecer aquello que todos compartimos como compatriotas y que constituye el estado de derecho en que vivimos, las reglas básicas de una convivencia en sociedad que todos estamos dispuestos a respetar y para lograrlo es básico dejar las ideologías fuera.

Debemos cerrar este proceso para volver a vivir seguros, en libertad y tranquilidad, siendo capaces de construir una sociedad libre, más justa y responsable. Chile y los chilenos se lo merecen.

"Debemos cerrar este proceso para volver a vivir seguros, en libertad y tranquilidad".

Luz Ebensperger,, senadora por Tarapacá

Al menos un 10% de la población padece algún nivel de asma en Chile. Hay una versión de esta enfermedad que poco se conoce, es el asma severo. Quienes lo sufrimos, vivimos en una lucha constante por respirar y nos enfrentamos a una patología que llega a ser invalidante. Eso significa que no podemos trabajar tal y como lo haría una persona sana, e incluso nos impide hacer tareas cotidianas como darnos una ducha, cocinar nuestros alimentos y tener una vida medianamente normal.

Padecer de asma severo es mucho más profundo que necesitar de un inhalador cuando se siente "la presión en el pecho". Se requieren tratamientos más específicos e invasivos que, en muchos casos, no son accesibles para todos los chilenos.

La mayoría de las personas con asma pueden manejar bien sus síntomas con los medicamentos habituales, que actualmente se encuentran disponibles en la canasta GES/Auge. Sin embargo, quienes vivimos con asma severo no podemos controlar nuestra sintomatología con esas terapias, incluso con dosis altas de medicamentos inhalados.

Nuestra vida podría mejorar considerablemente si pudiéramos contar con las terapias biológicas y así recuperar las capacidades para trabajar, estudiar y hacer nuestra vida lo más normal posible, atendiendo actividades cotidianas como tender la cama, ir al supermercado y, lo más importante, mantener nuestros empleos.

Muchos pacientes están acostumbrados a vivir con síntomas: tienen tos, les silba el pecho, hacen bronquitis una a dos veces al año y se acostumbran a vivir mal, disminuyendo así su calidad de vida. A diario luchamos por respirar y es por esto que pedimos que las terapias biológicas sean consideradas en el próximo decreto de la Ley Ricarte Soto.

Tenemos ya más de una década en espera, dependiendo siempre de un decreto. Las políticas han sido tan invisibles que la Guía Clínica para el Asma no se actualiza desde el 2016 y es recién ahora que está en proceso de actualización.

Se nos agota el tiempo. Y la vida de ese 10% que vive con asma severa en el país no puede esperar al 2025, a un próximo decreto de la Ley Ricarte Soto. Hay personas que están muriendo. No se olviden de nosotros, de las personas con asma severo en Chile.

Claudia Fuentes, presidenta de la Fundación Chile Asma.

Señor Director:

Una adolescente de 16 años fue abatida por un conductor de aplicación cuando la joven habría intentado asaltarlo en la Región del Biobío. Horas antes se había fugado del centro 'Maipú' de Mejor Niñez, ubicado en la comuna de Penco.

Este fatídico desenlace conmociona en múltiples dimensiones: por su corta edad, por la forma en que perdió la vida y porque se trata de un caso más en que como sociedad llegamos tarde, pues los problemas de la infancia vulnerable y vulnerada deben abordarse antes que se produzcan.

Tristemente casos como los de esta adolescente se cuentan por decenas en nuestra historia y es probable que las cifras se sigan perpetuando si no nos tomamos en serio el deber de salvaguardar contra todo evento los derechos de niños, niñas y adolescentes (NNA).

Es necesario, precisamente, que por situaciones como esta se implemente de buena manera la Ley de Garantías y Protección Integral a la Niñez y la Adolescencia y se consagre constitucionalmente los derechos de la infancia en la nueva Carta Fundamental.

La mirada social a la niñez sólo se hace relevante para las políticas públicas y para la ciudadanía cuando ocurren casos de gran impacto, pero lo cierto es que Chile requiere con urgencia un cambio estructural a través de un enfoque preventivo, promocional y universal de los derechos de NNA y eso puede ocurrir si queda explícitamente plasmado en la nueva Constitución.

Mientras más nos anticipemos menos niños, niñas y adolescentes llegarán a Mejor Niñez y a tristes consecuencias que nuevamente nos enlutan como país.

Juan Pablo Venegas

Director de Incidencia Pública, World Vision