Una instancia para reflexionar
Hoy comienza el primer fin de semana largo del año, fecha en que el mundo cristiano recuerda la pasión, muerte y resurrección de Jesucristo. No cabe duda que también se trata de una instancia propicia para la reflexión, donde la espiritualidad suele cobrar mayor sentido y donde hay algo más de tiempo para compartir junto a la familia y los seres queridos.
El mundo y el país atraviesan por una serie de complejidades. Luego de una severa crisis política, dos años de una intensa lucha contra la pandemia del coronavirus y los sobresaltos económicos que actualmente afligen a buena parte de la sociedad, bien vale la pena detenerse, aunque sea por un instante, para pensar sobre aquellas acciones personales que podrían contribuir a mejorar este escenario.
Si bien existen muchos aspectos que por su complejidad deben atenderse desde las más altas esferas de la sociedad y especialmente desde los gobiernos, también hay muchos ámbitos en que la acción individual podría marcar una profunda diferencia.
Hoy por hoy el mundo entero parece caminar por una verdadera espiral de individualismo y violencia que han ido socavando las relaciones sociales, llegando incluso a provocar en muchas personas sentimientos de desamparo y temor, sensaciones que sin duda también se exacerbaron tras los extensos confinamientos, medida que si buen fue necesaria, también nos privó de la comunicación y la interacción con los pares, algo tan esencial para la humanidad.
Por eso, más allá de los credos religiosos, es importante que estas instancias permitan recuperar y fortalecer los vínculos sociales. Para que ello ocurra es indispensable que exista un real interés por saber qué es lo que el otro necesita, qué lo aflige o qué lo atemoriza. Solo así y dejando de lado los prejuicios será posible acercarse nuevamente para comenzar a construir relaciones sociales basadas en la confianza y en el entendimiento.
La conversación, el sano intercambio de ideas, es el primer paso para que el país logre levantarse y avanzar hacia un futuro con más oportunidades, donde nuevamente sea posible sentirse a gusto y parte de un todo. Las acciones individuales son también una pieza clave para que nuevamente la sociedad pueda caminar de la mano, incluso con sus diferencias.
"La conversación, el sano intercambio de ideas, es el primer paso para que el país logre levantarse y avanzar hacia un futuro con más oportunidades".