Día de la Astronomía
Hace exactamente 8 años, bajo un convenio entre el Programa Explora, en ese entonces de Conicyt y ahora de la División de Ciencia y Sociedad del MinCiencia, la Sociedad Chilena de Astronomía (Sochias) y la Fundación Planetario de la Universidad de Santiago, se estableció el 21 de marzo como el Día de la Astronomía.
Seguramente no es un misterio el gran potencial que tiene Chile para la observación astronómica, pero tal vez no se tiene una real comprensión de su alcance.
Nuestro país cuenta con zonas en su territorio con excelentes condiciones meteorológicas, superando las 350 noches despejadas al año. Además, las condiciones de humedad atmosférica son ideales para una observación nítida. Junto a esto, contamos con cielos extremadamente oscuros que son ideales para proyectos astronómicos de gran envergadura, con telescopios que llegan a casi 40 metros.
Las propiedades únicas del Desierto de Atacama permitirán que en pocos años más Chile cuente con los telescopios más grandes y potentes del mundo, llegando alrededor del 70% de la capacidad astronómica mundial. Ciertamente esta es una ventaja comparativa que nos pone en el centro de la astronomía a nivel global.
Claramente, esto es razón de celebración, pero también es una gran responsabilidad. No es exagerado decir que en pocos años la colaboración internacional en esta disciplina, y otras que vendrán por añadidura, serán enormes. Para ello debemos prepararnos, razón por la cual se ha desarrollado este convenio. La celebración del Día de la Astronomía tiene como objetivo acercar a la comunidad las maravillas de la astronomía, poner en valor nuestro patrimonio astronómico y llamar a jóvenes a entusiasmarse para esta disciplina. La astronomía encanta a jóvenes y adultos y, a pesar de que no todos serán astrónomos en el futuro, es una carrera multidisciplinaria, convocando a ingenieros, técnicos, informáticos, empresarios, agentes culturales, entre otros más, todos aportando desde su mirada.
Se eligió el 21 de marzo por ser un día muy especial astronómicamente hablando, dando inicio al otoño en el hemisferio sur y marcando uno de los dos momentos en el año donde el día dura lo mismo que la noche. De igual manera, debemos llegar a un equilibrio entre nuestro desarrollo y el cuidado del ambiente, para así no perder este gran regalo de la naturaleza para estudiar desde nuestra tierra al universo.
"Debemos llegar a un equilibrio entre nuestro desarrollo y el cuidado del ambiente".
Pablo E. González Villarroel,, astrónomo, Universidad de Tarapacá