La delincuencia y las bandas organizadas siempre han estado entre nosotros, conviviendo y tratando de abrirse espacios para ir escalando en la consecución de sus mezquinos fines. Esa realidad no es discutible, pero lo que hoy podríamos discutir es que quienes actúan fuera de la ley, en la actualidad son más agresivos y, lo peor, es que no temen atentar contra la vida de las personas para cometer sus fechorías.

Es muy doloroso constatar que por conseguir un dispositivo celular, una bicicleta o un mísero botín en dinero, los delincuentes estén dispuestos a matar. Y los ejemplos los vemos a diario, acentuando la sensación de temor que viven los habitantes de nuestras comunas.

La vida no tiene precio y resulta incomprensible que cada vez sean más quienes atentan contra ella, sin remordimiento alguno. Ello expone el problema por el que atraviesa nuestra sociedad, donde sin darnos cuenta se involucionó contra los valores fundamentales.

Los casos de homicidio se han multiplicado exponencialmente en nuestras ciudades. Basta revisar las estadísticas y nos sorprenderá que a la fecha, por ejemplo, en la región ya se contabilizan 18 homicidios en lo que va del año, mientras que en 2022 se reportaron más de 50 de estos hechos.

Esto demuestra una crisis al interior de nuestra sociedad que permitió que el clima de violencia se instalará, sin que fuera atacado en su génesis.

El irrespeto partió con pequeños actos, los que abrieron otros flancos que luego fueron tomados por delincuentes y por los cerebros del crimen, quienes están atentos a irrumpir ante la más leve señal.

Hoy vivimos esas consecuencias y debemos enfrentarla con decisión y con medidas ejemplarizadoras. Hacer sentir que vulnerar la sana convivencia y atentar contra la vida de las personas, no será tolerado y sus autores recibirán el merecido castigo. Si seguimos normalizando conductas antisociales y fustigando a las fuerzas policiales que intentan controlarlas, difícilmente saldremos de esta situación que hoy es sensible y complicada.

Lo dijo el general director de Carabineros, Ricardo Yáñez, antes de la muerte por atropello de uno de sus efectivos. Y el llamado fue a los legisladores para que aprueben las iniciativas que refrendan las atribuciones de los uniformados para controlar el orden.

"El irrespeto partió con pequeños actos, los que abrieron otros flancos que luego fueron tomados por delincuentes".

En todas las épocas han existido generaciones de jóvenes rebeldes que expresan la necesidad de un cambio social. Generalmente provienen de las clases sociales que son objeto de sus críticas. Cristián Gazmuri en su libro "El 48 chileno, igualitarios, reformistas, radicales, masones y bomberos" (Ed. Universitaria 1999), nos habla de una generación que se inspiró en el pensamiento francés de 1848. Gran influencia tuvo en Chile el libro "Historia de los Girondinos" de Alphonse Lamartine. Con entusiasmo Benjamín Vicuña Mackenna afirmaba "aquella obra inmortal tuvo en Chile, y especialmente en Santiago, una boga inmensa, cual no la ha tenido, ni la tendrá probablemente, libro alguno en lo venidero" (1999:33). Esa influencia todavía resuena en una ciudad como Iquique tan lejana del centro político, dos logias masónicas llevan los nombres de Francisco Bilbao N° 23 y José Victorino Lastarria N°53, dos de esos jóvenes rebeldes de entonces. Siendo Santiago Arcos el más recordado.

La década de 1960 fue también de generaciones rebeldes, posiblemente como resultado de la segunda guerra mundial, algunos tomaron el camino del movimiento hippie que, sociológicamente, podríamos definirlo de retraído, y otros tomaron el camino político, que podríamos definirlo de reformista o de revolucionario. Una vez más Francia marcó la senda de la protesta social con el movimiento que se conoció como "el mayo francés". Podríamos parafrasear a Vicuña Mackenna diciendo: "no habrá probablemente movimiento alguno en lo venidero similar al de mayo de 1968". Al "mayo 68´" europeo se sumó en América Latina la revolución cubana. Influyeron en una generación de jóvenes en Chile que, de algún modo u otro, llegaron a los gobiernos de Eduardo Frei Montalva y Salvador Allende. Y, como una última ola, también estuvieron en los gobiernos de la Concertación al retorno de la democracia. Como toda generación rebelde con el paso de los años y más aún cuando logra acceder al poder, suele moderar o cambiar sus posiciones políticas.

Una nueva generación de jóvenes rebeldes surgió durante los treinta años post dictadura. Posiblemente la marcha del 25 de octubre de 2019 haya sido su mayor expresión política previo a llegar al gobierno. En ese contexto se entiende la crítica del actual ministro Giorgio Jackson a las generaciones anteriores, nada menos que respecto de la escala de valores de una y otra, lo que molestó profundamente. Sin embargo, el Presidente Gabriel Boric, con más sentido histórico, ha tendido un puente a esa generación anterior, incorporándola al gabinete.

"La década de 1960 fue también de generaciones rebeldes, posiblemente como resultado de la segunda guerra mundial".

Sergio González Miranda, Premio Nacional de Historia 2014

Hace rato que en la región los apoderados acusan falta de matrículas y problemas con la postulación a los colegios. Sería bueno que de una buena vez se revise ese tema y se tomen medidas más profundas para evitarlo.

¿Y la fiscalización?

Se anunció con bombos y platillos la fiscalización en el tránsito para evitar que los apoderados se estacionaran en doble fila en las cercanías de los colegios. Sin embargo, al parecer el problema es muy grande, porque no ha tenido ningún efecto y casi nadie respeta.

Alto Hospicio

Más allá de si en Alto Hospicio hay bandas maras o no, lo cierto es que la comuna atraviesa por serios problemas delictuales que tienen a sus habitantes en riesgo. Es clave que las autoridades busquen fórmulas para atacar el problema de manera profunda.