Campamentos sin solución
Un nuevo catastro de la Fundación Techo dio cuenta que las familias que viven en campamentos en la Región de Tarapacá aumentaron 43,85%.
El análisis de Techo muestra que en el período 2020-2021 en la región habían 8.400 familias en este tipo de asentamientos irregulares, mientras que en los años 2022-2023 el número subió a 12.167.
La cifra es muy preocupante, porque da cuenta de una serie de problemáticas sin solución por parte del Estado, como el déficit habitacional y la ineficacia de las políticas de viviendas sociales, como otras que ayuden a frenar el alto costo de los inmuebles. Junto a ello está la crisis migratoria con muchas familias que al vivir en la irregularidad ven una oportunidad en las tomas y con ello siguen engrosando la lista de personas viviendo en estas condiciones irregulares.
De los campamentos identificados por la institución, la mayoría se ubica en Alto Hospicio, seguido de Iquique y Pozo Almonte. Además, en el período actual se instaló una nueva toma, llegando a 63.
Otro de los datos preocupantes es el alto número de extranjeros que han llegado a los campamentos. El catastro muestra que las familias migrantes que viven en ellos en la región son 5.412, lo que representa el 44% del total de las personas que habitan en tomas.
No cabe duda que hace falta una intervención especial para las miles de familias que todos los años están llegando a estos asentamientos, muchos de ellos con el sueño de conseguir una vivienda, la imposibilidad de pagar un arriendo y otros, incluso, de poder postular a los beneficios del Estado, algunos por estar irregulares en el país, como también haber sido beneficiados anteriormente.
Está claro que en Tarapacá, Alto Hospicio es el principal escenario para que se instalen tomas de terreno, lo cual ha ido generando más inseguridad en la población, pues si bien la mayoría son familias necesitadas, también ha servido para que bandas criminales puedan instalarse y ocultarse, gracias a la escasa presencia del Estado en estos territorios.
La situación es dramática, pero seguirá así sin una reforma radical a las políticas habitacionales.
"En el período 2020-2021 habían 8.400 familias en este tipo de asentamientos, mientras que en 2022-2023 el número subió a 12.167".