Ignacio Silva

Natalia Pérez había tomado una decisión. Luego de años tocando en vivo junto a artistas como Joe Vasconcellos y Javiera Mena, y de encabezar la banda Amanitas, la baterista quería dedicarse a la carrera solista con la que por esos días soñaba.

Pero entonces, un mensaje lo cambió todo: era Mon Laferte, su amiga y a quien ya había acompañado en vivo entre 2012 y 2015, invitándola a viajar a México y unirse a su banda.

"Esto no lo sabe mucha gente, pero cuando Mon me invitó a ser su baterista, yo recién había terminado de tocar con Javiera Mena. Sentía que había terminado mi rol de baterista de sesión en la música, quería indagar más en lo mío y desarrollarme como solista. Entonces terminé de tocar con la Javi, le dije que iba a comenzar otra etapa, pero pasaron tres meses y Mon me llama para que me fuera a México. Esto fue en 2018", recuerda ahora.

Entonces, cuenta, la primera respuesta fue negativa. Pero el pasar de las horas le llevó a cambiar de opinión.

"Pasaron como tres días y no se me salía de la cabeza la idea de que sí tenía que irme a México a tocar con ella. Entonces le dije que sí, porque esa iba a ser una oportunidad única", relata la baterista. "Lo hablé con ella y me dijo que esto también me iba a ayudar mucho en mi carrera solista. Decidí irme con la promesa de no abandonar mi música y lanzarla como sea".

Y Pérez cumplió. Ya en México -poco antes del covid- dio inicio a Cancamusa, un proyecto solista que en 2020 debutó con el disco "Cisne: Lado Negro". Tres años después presenta su segundo álbum: "Amor Minimal", un trabajo de 12 canciones inspiradas en un quiebre amoroso que además muestran una nueva faceta de la música.

"De alguna forma, este disco simboliza un encuentro con la guitarra y redescubrirme como cantautora, porque había estado mucho tiempo trabajando como baterista, había lanzado mi proyecto pero no había decido trabajar en él. Y no fue hasta que llegó la pandemia que me puse a tocar guitarra y me decidí a comenzar con mi proyecto", explica Pérez.

El álbum, grabado entre giras junto a Mon Laferte por Estados Unidos y Europa, encuentra a Cancamusa de regreso en Chile. Acá, dice, se quedará al menos durante un semestre para promocionarlo con una agenda de conciertos que incluyen las aperturas de los conciertos de Los Bunkers en el Estadio Santa Laura y una fecha en Quilpué (7 de abril).

¿La idea es seguir radicada en México o piensas quedarte en Chile?

Siendo muy sincera, no lo sé. Estoy en un momento en el que quiero estar muy presente en Chile. Necesitaba mucho mi tierra, pasé muchos años viajando sin un lugar fijo, con mi vida en una maleta. Mi nuevo disco también habla de eso, del término de una relación y de irme a viajar por distintas partes del mundo y hacer de mi casa, yo misma. Todo ese lado itinerante hacerlo mi hogar. De alguna forma mi disco habla de todo eso, de sanar el corazón en viajes.

¿Cómo fue la experiencia de trabajar en el disco en los post conciertos de Mon?

Tengo muchos recuerdos de cambiar mis horarios. Después de un concierto tocando batería, salía muy cansada, me duchaba, me iba a un bus por ejemplo en Estados Unidos, y comenzábamos con mi productor a trabajar de 12 a 3 de la mañana viendo cosas del disco. Muchas veces se me dieron vuelta los horarios. Entonces fue un desafío, pero también hubo muchos momentos enriquecedores. Tengo otros recuerdos de estar maquillándome antes del concierto y yo seguía viendo las producciones y trabajando con los audífonos a distancia y ocupando todos los espacios que tenía libres para poder avanzar en mi disco.

¿En tus planes está seguir tocando con Mon?

No sabría decirte. Sólo sé que en este momento siento mucho que quiero cantar. Para mí es una experiencia nueva estar adelante en un escenario. Estoy recién empezando y me queda mucho por explorar en ese sentido. Toda mi carrera ha sido ser baterista entonces es como un juguete nuevo para mí el cantar. No he tenido más de 10 conciertos, estoy recién comenzando. Entonces esto ha sido un descubrimiento al que tengo que darle tiempo. Mi sueño de chica siempre fue tener una banda y ser baterista; ahora mi sueño es cantar mis canciones. Este sueño es de los últimos dos años. Ahora quiero cantar.

¿Qué significa Mon Laferte para ti?

Para mí, Mon significa una hermana. Es un regalo muy bonito. El año pasado cumplimos 10 años de amistad y cuando lo hablamos fue súper emocionante. Y en todos los lugares donde ella me invitó a abrir su concierto me ponía una tarjetita que decía "muchas gracias por estos 10 años de amistad". De alguna forma ha sido un regalo todo su amor, porque es una persona que me ha apoyado mucho. Ella me lo dijo ese día en el Movistar Arena, que ella se había dado cuenta de mi lado solista antes de que yo misma me diera cuenta. Todo ese apoyo para mí ha sido muy bonito, esa contención también. Para mí significa muchas cosas. Nos conocimos antes de que fuera Mon Laferte, una estrella tan grande, entonces nuestra amistad viene de un lado súper genuino. A mí a veces se me olvida que Mon es tan famosa. Cuando nos vamos de gira y veo tanta gente, me río y es como una locura, porque nuestra amistad creció desde que nos presentaron hace 10 años, cuando ella estaba buscando su identidad.

"Es una experiencia nueva estar adelante en un escenario. Estoy recién empezando y me queda mucho por explorar.

Natalia Pérez, Voz de Cancamusa