En medio de una gira un poco más acotada de lo que se esperaba, pero con la promesa de volver el próximo miércoles a Colchane, el Presidente de la República, Gabriel Boric, realizó varios anuncios que finalmente se transforman en compromisos con los tarapaqueños.

En una segunda jornada en la región, el mandatario se refirió al tema de seguridad y fue ahí donde además de entregar vehículos policiales, anunció la llegada de más policías, esto para combatir la delincuencia organizada, principal preocupación de la ciudadanía.

Boric también se refirió a la problemática social, específicamente con el déficit habitacional, revalidando el compromiso de construir 9.300 viviendas en la región, pese al lento avance que ha tenido el plan desde que asumió su mandato.

También se comprometió con tener las matrículas necesarias para que ningún niño se quede sin educación, algo que también como región ha sido una problemática compleja en los últimos dos años.

Para tanta necesidad en una región extrema -como es Tarapacá- quizás no es suficiente, sin embargo, se trata de áreas sensibles que requieren una especial atención.

Ahora se espera que los equipos locales de Gobierno pujen para que estos desafíos se conviertan en realidad y evitar así que en un par de años más se hable de compromisos sin cumplir.

Como lo ha dicho el mismo Presidente, las regiones son actores principales para el desarrollo del país y es por esto que se requiere dar un salto de calidad respecto a la calidad de vida sus habitantes, y en ello es clave la gestión que puedan hacer los gobiernos locales, no solo apalancando los recursos necesarios, sino que generando proyectos de calidad que se cumplan en los plazos definidos.

El retraso de las regiones no solo es culpa del centralismo, también hay responsabilidad local en una historia de malas gestiones.

Los compromisos que el Presidente asumió ayer en Tarapacá quedarán grabados en la conciencia de los tarapaqueños y es responsabilidad de los integrantes de su Gobierno, como de todo aquel que tiene una función pública en la región, que estos logren materializarse.

"Ahora se espera que los equipos locales de Gobierno pujen para que estos desafíos se conviertan en realidad".

No hay mejor forma de conmemorar el día de la mujer rescatando a una de ellas que ha quedado en tintero de nuestra historia regional. La minería del salitre desarrolló uno de los ciclos económicos más importantes en la Historia de la América Latina. El primer boom industrial exportador de este mineral no metálico fue alrededor de 1870 y estaba destinado al mercado internacional de los fertilizantes. Si revisamos en detalle a esos primeros exportadores eran mayoritariamente compañías, nacionales y extranjeras. Sin embargo, ¡sorpresa!, entre esas empresas aparece una persona natural y, más sorprendente aún, ¡es mujer!: Virginia Loayza Baltierra. Aunque fue conocida como Virginia Loayza de Zavala.

En 1870 tenía solo 30 años y había perdido a su esposo Lorenzo y a su pequeño hijo, por tanto, como ella misma lo declaró ante la Comisión de abogados que expropiaron su oficina salitrera, llamada La Peruana, fue con su exclusivo esfuerzo que levantó la máquina de elaborar salitres. Debió demostrar ante esa Comisión que era viuda y que no tenía un hijo varón, pues, de lo contrario, perdía los derechos para enajenar la oficina. ¿Cómo pudo esta mujer levantar una oficina de máquina? Ella era propietaria de un viña en Pica y se dedicaba a vender vinos de calidad en la provincia como se puede constatar en la prensa de la época. Además, su familia era una de las más poderosas de esa localidad y estaba dedicada a la minería desde el periodo colonial, por tanto, recibió un apoyo importante, pero no suficiente, porque igualmente Virginia recurrió a la casa Gildemeister para acceder a créditos. Tanto ella, como sus hermanas Grimanesa e Isabel, se casaron con reconocidos mineros de la provincia, Lorenzo Zavala Tinajas, Eugenio Marquezado Castro y Mariano Mendizábal Almonte, respectivamente. Sin embargo, las tres catearon en pleno desierto como lo demuestran los documentos.

Durante ese periodo, entre 1870 y 1875, los empresarios salitreros se organizaron para protestar en contra de las medidas gubernamentales y publicaron actas en los periódicos, sorprende ver entre tantos nombres masculinos al de Virginia y, además, entre los más destacados. Virginia nació en Pica el 1 de junio de 1840 y era hija de Luis de Loayza Soto y de Manuela Baltierra Morales. Se radicó en Lima después que le expropiaron su salitrera y contrajo matrimonio con Juan B. Zavala, sobrino de su fallecido esposo Lorenzo, toda una novedad para la época, volviendo a ser llamada Virginia Loayza de Zavala, aunque siempre le bastó con ser Virginia Loayza Baltierra.

"En 1870 tenía solo 30 años y había perdido a su esposo Lorenzo y a su pequeño hijo".

Sergio González Miranda,, Premio Nacional de Historia 2014

Deportes Iquique deberá afrontar las fechas venideras con sensibles bajas en su plantel. Los hinchas esperan que esto no signifique una caída en el rendimiento, que hasta el momento es superlativo.

Desorganización

Independiente del resultado de la gira presidencial por Tarapacá, se apreciaron demasiadas deficiencias de organización por parte de la avanzada. Nunca hubo claridad de la agenda, las acreditaciones no existieron y muy tarde se informó la suspensión de la cita en Colchane.

Tolerancia

Como era de suponer, la visita presidencial reunió a adeptos y opositores. Lamentablemente, hubo algunos incidentes menores, lo que da cuenta de poca tolerancia. Si bien siempre existirán desencuentros en político, esto no debe ser sinónimo de disputa.