Una de las cosas que más se le ha repetido a los iquiqueños es el no dejar basura afuera de sus casas. En este caso, desconocidos dejaron bolsas con desechos en plena avenida Prat.

Deteriorado

Un lugar que antiguamente tenía mucha vida comercial es este sector de Obispo Labbé. Hace tiempo que no hay instalado un local y el exterior de este sitio está deteriorado y es peligroso de noche.

Caos vial

Es de esperar que hoy, donde 80 mil alumnos de la región irán a clases, no se repita esta escena del viernes pasado en Bajo Molle, donde se formó un verdadero caos vial a la salida de los colegios.

Las creencias sociales que ponen de manifiesto la inclusión de la diversidad social en todas sus formas y expresiones, han gozado de amplia aceptación pública en las últimas décadas, muy probablemente porque representan apertura, tolerancia y en cierto modo prestigio social, así no se rema contra la corriente en una temática socialmente avalada y reconocida en numerosas normativas nacionales e internacionales.

En este punto resulta curioso destacar que la simpatía social por la diversidad se ha constituido a partir de concebir a los otros bajo un sistema de clasificación de sus diferencias, clasificación que en sí misma acentúa las particularidades entre los denominados y autodenominados diversos.

En torno a estas observaciones cabría apuntar de manera central que es necesario conocer las barreras sociales a las que se enfrentan las personas denominadas o autodenominadas diversas, y qué servicios públicos y privados se les deben brindar.

Luego de breves reflexiones la respuesta pareciera ser que diversos somos todos. Al respecto, cabe preguntarse: ¿Es posible que al querer incluir a la diversidad a través de clasificaciones sociales acentuamos su exclusión y, más aún, olvidamos dentro de esa gran diversidad humana las necesidades particulares que cada portador de diversidad requiere para lograr su inclusión?

Dr. Cristóbal Sepúlveda,

académico carrera de Pedagogía en Educación Diferencial Universidad de Las Américas

No es un misterio para nadie que Chile es un país en franco proceso de envejecimiento. Los últimos estudios realizados en Chile así lo confirman. De acuerdo con el INE, existe un progresivo aumento de la población de 60 años y más, estimándose que para el año 2050 más del 30% de la población estará dentro de ese segmento poblacional y dentro de esa población el 28% corresponderá a personas de 80 años y más. Lo mismo afirma la Quinta Encuesta Nacional de Calidad de Vida en la Vejez (UC y Caja los Andes, 2019), el que además da cuenta del aumento de la esperanza de vida de la población mayor y de la baja tasa de recambio generacional que ponen en crisis los sistemas previsionales y las capacidades de cuidado ante las magras políticas públicas que apoyan a los cuidadores familiares en su trabajo.

Sin embargo, tampoco es desconocido el hecho de que, a pesar de que ha habido un avance de las políticas públicas de envejecimiento, nos encontramos muy al debe y con profundos vacíos ante la inexistencia aún de un Sistema Nacional de Cuidados articulado con políticas públicas que aborden la crisis de cuidado institucional para personas mayores con la dignidad y derechos que ellos se merecen. De muestra un botón, hace ya unos meses que, en nuestra ciudad de Iquique, capital regional de Tarapacá, no contamos con algunos Eleam (Establecimientos de Larga Estadía para Adultos Mayores). En efecto el Hogar San Vicente de Paul y anteriormente el Hogar Águilas Blancas, únicos centros de este tipo presentes hasta hace un tiempo en Iquique, han dejado de existir. Lo anterior implica que el Estado no asume su rol protector de derechos hacia las personas mayores, descargando en las familias la absoluta responsabilidad de los cuidados y, para personas mayores sin red familiar, esto implica la falta de posibilidad absoluta de ser cuidado. Urge entonces, considerar este tema política y públicamente por la autoridad institucional vigente en un país que ya está dentro de los más envejecidos dentro de la región.

Andrea Comelin Fornés,

presidenta del Colegio de Trabajadoras y Trabajadores Sociales de Iquique