El 1 de marzo se celebró el "Día de la Inclusión Social y la No Discriminación", fecha que nos hace reflexionar en cómo avanzar hacia una sociedad más justa e inclusiva, donde todos se sientan incorporados sin distinción alguna.

Aunque la diversidad del ser humano es tan añosa como la presencia del hombre en la tierra, a lo largo de la historia muchos han sufrido discriminación por diversos motivos, entre los que se cuentan raza, nacionalidad, género, orientación sexual, discapacidad, religión, condición socioeconómica, edad, entre muchas otras.

Esas mismas condiciones que nos hacen tan diversos y humanos a la vez, muchas veces se han transformado en un obstáculo para que miles de personas puedan desarrollar sus vidas plenamente y aportar a la sociedad con todas sus virtudes y aptitudes.

Pese a lo anterior, parece existir hoy más conciencia de que aquello que nos diferencia también nos enriquece como sociedad. Sin embargo, estos avances también deben ir acompañados de acciones concretas que nivelen el escenario en las distintas esferas del quehacer humano.

En ese sentido, es clave pasar del discurso a la acción, toda vez que a nivel personal, social y urbano continúan presentándose limitaciones para alcanzar el nivel deseado, óptimo, el que realmente corresponde en esta materia. Actualmente se observan todavía enormes brechas, por ejemplo, en la construcción de espacios públicos inclusivos, lo que se evidencia en situaciones tan cotidianas como el mal estado de calles y veredas que dificultan los desplazamientos de quienes sufren distintos grados de movilidad reducida.

Por otro lado, existe todavía discriminación laboral y salarial por género y qué decir por orientación sexual, aunque en esta última se han visto algunos avances, sobre todo en las generaciones más jóvenes.

La inclusión es responsabilidad de todos y debe practicarse a diario. Además de las grandes transformaciones generadas desde la administración pública, los pequeños detalles también son clave para que efectivamente se reduzca la discriminación.

Todos, sin excepción, tenemos responsabilidad en la construcción de una sociedad más inclusiva. Con todo, es importante reflexionar y seguir avanzando en inclusión, pero real y no solo enfocada en temáticas que parecen estar más en boga.

"Todos, sin excepción, tenemos responsabilidad en la construcción de una sociedad más inclusiva".

El viernes pasado se cumplió un año de la guerra de Ucrania según los principales periódicos del mundo y, de inmediato, se transformó en una efeméride. Tengo mis dudas que esa sea la fecha del conflicto o, al menos, no es la única. Por ejemplo, la anexión de Crimea se realizó en 2014 y la revolución ucraniana que destituyó a Víktor Yanukóvich fue el 2013.

En 2017 una película rusa ganó el Festival de cine de Cannes, su nombre es "Sin amor" o "Desamor". La trama es simple, pero trágica, un matrimonio de clase media disuelto con un hijo que no tiene la atención de sus padres y, lo peor, sufre directamente las agresiones del desamor. El joven desaparece, iniciándose una búsqueda desesperada que profundiza el desamor con recriminaciones mutuas. En una de las escenas los protagonistas ven la televisión por si trae alguna noticia de la desaparición del pequeño Alyosha, pero lo que realmente se muestra es que "la guerra de Ucrania" continúa. Recordemos que la película fue filmada seis años antes.

La conmemoración de un año del conflicto solo se relaciona con el ingreso del ejército ruso a todo el territorio de Ucrania, pero, la guerra ya había comenzado años antes. Por tanto, las palabras de condena -a propósito de la efeméride- pudieron haberse emitido también mucho antes. El gobierno de Chile calificó esta guerra de "irreparable tragedia humana". Cuando las consecuencias de hechos históricos son irreparables es porque se ha dejado por mucho tiempo hacer a los autócratas y dictadores sus delirios. No es necesario recurrir a Hitler y el nazismo, o, a Stalin y los gulags, hay demasiados ejemplos en nuestro propio continente. Posiblemente, esta guerra de Ucrania rescate la figura de Mijaíl Gorbachov que hasta ahora ha sido el gran culpable de todos los males de Rusia para los integristas, nacionalistas y católicos ortodoxos como Vladimir Putin, que imaginan a Rusia como el gran imperio. Esta visión de superioridad no es exclusiva de Rusia, recordemos el lema "Alemania sobre todo" de los nazis. También a Donald Trump con su "América primero", y los ejemplos de demasiados para un mundo que necesita no solo la paz, sino también la solidaridad y el sentido común.

"Esta visión de superioridad no es exclusiva de Rusia, recordemos el lema "Alemania sobre todo" de los nazis".

Sergio González Miranda,, Premio Nacional de Historia 2014

Iquique está plagado de hoyos en las calles, pero particularmente hay dos en el centro de la ciudad que son muy peligrosos. Uno en Zegers con Lynch y otro en Serrano al llegar a Uribe, son verdaderos cráteres.

Salir con tiempo

Hoy comienzan las clases en los colegios que no habían iniciado hasta ahora y se espera que vuelva con todo la congestión vial. Si bien muchos esperarán hasta el lunes para enviar a los niños a clases, quienes lo hagan hoy deberán salir con tiempo para evitar retrasos.

Suciedad

Es lamentable que no exista una cultura arraigada respecto a una ciudad limpia en las comunas de la región. Muchos transeúntes no tienen pudor en dejar suciedad en la calle y sumado a la falta de basureros, las calles se transforman en un caos. Se requieren medidas.