Ante tragedia turca, expertos confían en calidad de construcciones en Chile
Aseguran que esto se debe a las normativas que existen en el país para levantar viviendas y otras estructuras, las que afirman no se exigen en Turquía ni Siria, donde se destruyeron miles de hogares la semana pasada.
Matías Gatica Lindsay
A raíz de los terremotos que azotaron la semana pasada a Turquía y Siria, donde se han muerto miles de personas a causa del colapso de casas y edificios, surge la pregunta de si las construcciones en Chile están preparadas para resistir sismos de esta envergadura (7.8). Expertos aseguran que sí, pues las normativas son "muy diferentes".
Sobre la situación de esos países, el director de Ingeniería de la Universidad del Alba, Julio Inda, dijo a este medio que "lo que sucede allá es que hay muchas construcciones que no son autorizadas. Control para las viviendas tampoco hay. Cada uno construye de acuerdo a sus gustos y posibilidades. Esa es la gran problemática".
En cambio, afirmó que en Chile "tenemos una cultura sísmica. Aquí hay reglamentaciones bastante buenas. Tenemos frecuentemente terremotos, pero la reglamentación es rígida y los controles que se van haciendo para que se construya bien son muy buenos. Es un avance notable. Nosotros hemos aprendido bastante. Gracias a la tecnología no tenemos víctimas fatales".
Por ello es que el director de la escuela de Construcción de la Universidad de las Américas, José Ignacio Torres, complementó a este medio que "estamos más que preparados que esos países. En Chile es imposible comprar una casa sin un plano de estructuras, los calculistas tienen normas exigentes".
Inda sostiene que eso sucede debido a que "hemos ido aprendiendo con el tiempo, porque hace muchos años se nos cayeron edificios y eso nos ha ido retroalimentando y vamos rectificando las reglamentaciones".
Materiales especiales
Según detalló el mismo experto, para que las casas en Chile sean resistentes a sismos, estas se caracterizan por el uso del hormigón armado, que es hormigón más acero, y en el caso de "los edificios más grandes, el peso que se usa es menor, de tal manera de que no colapse con el tiempo. Se ubican sistemas neumáticos que cuando el edificio comienza a balancearse, estos mecanismos lo absorben".
Juan Ignacio Torres coincide en que estas construcciones antisísmicas "son capaces de absorber el movimiento, por lo que la estructura no tiene que hacer esfuerzo para mantener la vivienda. Si esta se mueve absorbe la energía que produce el sismo y las estructuras no se mueven".
En ese sentido destacó las casas de madera por sobre las de "ladrillo antiguas, que son las peores, sobre todo porque antes se hacían de una forma confinada, que era distinta a como se hace ahora, que es armada. Las casas de maderas son más flexibles y no les pasa nada".
Es por ello que afirmó que "las casas en Chile pueden resistir grandes terremotos, incluso más grandes que el de Valdivia en 1960 (9.5)".
En cuanto a otras estructuras de servicio como puentes o pasarelas, Torres indicó que "si se llegaran a caer es porque son muy antiguas y se construyeron con otra norma sísmica. Ahora como se hacen van apoyando unas vigas. Uno cuando va pasando por un puente se da cuenta que hay zanjas que permiten que el puente se mueva y ese pequeño movimiento lo absorbe la zanja. Eso hace que la estructura no colapse".
La normativa asegura que también aplica para pasos sobre o bajo nivel, los que calificó como " obras de arte que se condicen con los niveles de seguridad que Chile exige".
"caracterizar sismos"
Para que estas construcciones puedan realizarse bajo los estándares que cada zona en particular requiere, el subdirector del centro sismológico de la Univerisad de Chile, Mario Pardo, indicó que su labor es "caracterizar terremotos en el país de modo que los ingenieros diseñadores y constructores puedan hacer el trabajo en forma adecuada".
En ese sentido señaló que "analizamos la amenaza sísmica o el peligro sísimico. Otra cosa es conocer el riesgo sísmico, que es la probabilidad que si ocurren amenazas grandes, las estructuras resistan y no se dañen. La idea es que cuando ocurran a futuro estemos preparados y hayamos construido de forma adecuada. En Chile tenemos todo tipo de terremotos, pero construimos diferente (a Turquía y Siria)".
El académico señaló además que es de vital importancia "la preparación frente a la ocurrencia de fenómenos naturales. Las catástrofes no son naturales, las catástrofes ocurren cuando no estamos correctamente preparados para enfrentar un fenómeno natural, que va a ocurrir sí o sí. No sabemos cuándo, pero sí que seguirán ocurriendo".
Y en el caso de las construcciones "se evalúa el movimiento de suelo máximo que va a ocurrir y en base a eso se diseña. La norma chilena pide que se cuide la vida de los habitantes, que quiere decir que está prohibido que la estructura colapse como lo que vimos en Turquía. El 2010 se cayó un edificio, en Concepción. Hubo otros dañados que hubo que destruirlos, pero no afectó vidas".
Por ello es que "se monitorean las zonas permanentemente. Los terremotos no son un fenómeno puntual, están ocurriendo constantemente. El terremoto es acumular energía hasta que no se aguanta más y se libera. Terremotos de magnitud 8.0 en Chile ocurren al menos cada ocho o diez años en algún lugar del territorio nacional y en la misma región en el orden de 100 a 120 años"
Por eso asegura que la Región de Atacama es una zona de riesgo, pues no tienen un sismo grande desde 1922, así como también los las regiones de Arica y Antofagasta.
En el caso de la zona central, Torres indicó que "el último terremoto grande ocurrió en 1730, que destruyó toda la costa y fue del orden del de 2010. No hay más antecedentes hacia el pasado y por eso es tan importante monitorear constantemente".