Nueva oportunidad constitucional
La proyección indicaba que los candidatos al Consejo Constitucional se caracterizarían por una mixtura entre políticos de dilatada trayectoria y otros que recién empiezan a hacer sus armas y que creen que ser parte de esta nueva constituyente es el mejor inicio. Sin duda, lo que mueve a quienes aceptaron ser inscritos en la papeleta, es ser una verdadera contribución en la redacción de una nueva carta magna, que siente las bases del crecimiento y desarrollo del país.
Duele reconocer que si los anteriores integrantes de la Convención Constitucional hubieran tenido la suficiente capacidad de entender a la ciudadanía y apuntar a sus demandas, más a las que ideológicamente representaban, el cuento sería distinto.
La metodología definida en esta ocasión es mucho más acotada, con menos participación y con límites bien definidos. Esto asegura que no haya desbandes o imposición de ideales de país, entregando un importante campo de acción a la Comisión Experta y a los futuros electos consejeros.
Hay claridad en que se deben propiciar cambios y que la Constitución debe proteger derechos. Lo difícil será ir más allá de las coincidencias, llegar a una discusión en que los sectores puedan mirarse a la cara sin sentir que desde la otra vereda buscan derribarlos.
Muy por el contrario, cómo abrir espacios para que las ideas y sueños de un mejor país encuentren tierra fértil.
Con todo, hay algunos que tienen poca fe en este nuevo proceso, otros aseguran que esta oportunidad no se debe desaprovechar y también aquellos que piensan que la experiencia anterior permitirá avanzar con más criterio y realismo.
Queda la esperanza e ilusión en quienes se animaron a participar de esta elección, entre ellos ilustres personalidades que pueden aportar sabiduría a un proceso que lo necesita imperiosamente. Mientras que la fuerza y renovación llegará desde los jóvenes que están empeñados en sostener propuestas de futuro.
Chile necesita hacer reformas. No es posible que sigan problemas con una educación deficiente, con servicios de salud incapaces de soportar la mayor demanda, con pensiones que no alcanzan, con un crecimiento económico que no llega a todos, y otros tantos. Necesitamos un mejor país y ese desafío parece una quimera.
"Con todo, hay algunos que tienen poca fe en este nuevo proceso, otros aseguran que esta oportunidad no se debe desaprovechar".