Por casi tres jornadas miles de vecinos de Alto Hospicio sufrieron la interrupción del servicio de agua potable, situación que generó múltiples incomodidades y hasta el cierre de oficinas y establecimientos comerciales que claramente no podían operar sin el vital elemento.

De acuerdo a lo informado por la empresa Aguas del Altiplano, el problema fue causado por una "rotura en la conducción de Canchones, principal tubería que lleva agua hacia Alto Hospicio, (por lo que) fue necesario realizar cortes preventivos en diversos sectores de la comuna, para mantener los niveles en los estanques ante eventuales emergencias".

Pese a los trabajos desarrollados por la sanitaria, la interrupción del servicio se prolongó más de lo esperado y hubo que disponer de un plan de emergencia para la distribución de agua potable en distintos puntos de la comuna.

En noviembre del año pasado una situación similar afectó a distintos sectores de Iquique. En esa oportunidad, el problema se originó ante un incendio en las instalaciones de la planta elevadora El Carmelo. Si bien en esa ocasión el corte fue menos extenso, se estima que afectó a 170 mil personas.

Aunque se trata de situaciones puntuales, estos dos eventos deben generar un importante llamado de atención, toda vez que se trata de emergencias que de ser más extensas podrían desencadenar serios problemas no solo en los quehaceres habituales de una ciudad, sino que también en el ámbito sanitario.

Como se esperaba, muchos vecinos han manifestado su molestia ante estos extensos cortes y otros por las clásicas demoradas que se generan en los puntos de distribución. Y aunque es claro que existen eventualidades que muchas veces son de difícil manejo, sería conveniente revisar las medidas de emergencia ante este tipo de hechos.

El trabajo de los técnicos y la colaboración de los vecinos son claves en estas situaciones, las que probablemente se repetirán en el futuro, ya sea por fallas en la infraestructura o por catástrofes naturales donde la región evidentemente no está exenta. Es mejor prevenir.

"Aunque se trata de situaciones puntuales, estos dos eventos deben generar un importante llamado de atención".

Hace 83 años Iquique estaba nervioso como nunca. La ciudad amaneció expectante y optimista. Y no era menos, aunque era la segunda vez que uno de los nuestros emprendía lo que el año 1925 estuvo a punto a conquistar.

Un 9 de febrero del año 1940, el gran Arturo Godoy, siguiendo la huella del Tani, se subió al cuadrilátero. Era la segunda vez que un iquiqueño, esta vez nacido en Caleta Buena, disputaba el título del mundo, en la categoría de los pesos pesados. Y nada menos que ante el bombardero de Detroit, Joe Louis.

Años en que las oficinas salitreras iban cerrando. En Iquique, la radio no era un bien que todos pudieran gozar. Por lo mismo, la gente se agolpó en ciertas casas, donde los propietarios la ubicaban en las ventanas hacia la calle. Una radio argentina Splendid, llevó la pelea por buena parte del continente. Desde el diario El Tarapacá, ubicado en la calle Bolívar, se instalaron altoparlantes. Arturito venía precedido de una tremenda campaña. Había peleado en Buenos Aires, La Habana y Barcelona. Las apuestas daban las preferencias al de Detroit. Pero cuando un iquiqueño entra a una cancha, esta vez a un cuadrilátero, las apuestas poco o nada valen.

Hace un par de años atrás en conjunto con La Estrella de Iquique, exhibimos ese memorable combate en el Aula Magna de la Universidad. La sala estaba llena. Todos sabían el resultado, pero nada evitó que se cantara el himno a Iquique y los aplausos sirvieran como estímulo de la memoria. Godoy combatió los 15 rounds y en uno estuvo a punto de derribar al bombardero. "La faltó pegada" al hijo de doña Vicenta.

Godoy es parte fundamental de la historia del boxeo mundial. Hizo una película, fue inspiración para poetas y novelistas. Se codeó con figuras como Charles Chaplin, Ava Gardner entre otras. Mi madre lo recuerda en Iquique bajando por la calle Tarapacá con un traje "café con leche". Todos lo saludaban y los pocos automóviles tocaban la bocina. Elegante y amigo de sus amigos. Ingratos hemos sido con su legado y figura.

"Godoy es parte fundamental de la historia del boxeo mundial. Hizo una película, fue inspiración para poetas y novelistas".

Bernardo Guerrero Jiménez, sociólogo y académico Unap

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