Voto obligatorio
Tras la alta participación electoral en los plebiscitos constitucionales se retomó la iniciativa del regreso del voto obligatorio para todos los comicios y no solo para los referéndums. Hubo coincidencia en parlamentarios de los distintos sectores en la necesidad de terminar con la voluntariedad y exigir el cumplimiento de un deber ciudadano de gran importancia como es ser protagonistas de los procesos electorales que surjan en el país.
Con ello se puso fin al sistema de votación que consagraba la inscripción automática en los padrones y el voto voluntario que imperó por poco más de una década. La elevada abstención, que en muchos casos llegó a estar cerca de un 70 por ciento, comparativamente con el 20% de los plebiscitos, hizo pensar que había que poner reversa, volver sobre nuestros pasos y retomar el voto obligatorio. La diferencia es que hoy no habrá inscripción voluntaria, esta será automática a partir de los 18 años de edad y la participación obligada so pena de multas. Ese es el nuevo escenario que demuestra que a veces las decisiones tomadas en un momento determinado pueden revisarse y cambiarse radicalmente. Sin temor a la crítica de inconsecuencia.
Los analistas han celebrado esta determinación del Congreso, que próximamente debe ser publicada en el Diario Oficial para convertirse en Ley, porque hace que los resultados de las elecciones tengan mayor representatividad y legitimidad. Dos conceptos claves en política. Algo que es indiscutible y que tendrá una gran incidencia en los futuros procesos electorales, los que contarán con más votantes y de impredecible conducta.
Es probable que no se llegue al 80% de participación de los plebiscitos, pero será mucho más de lo que conocimos cuando imperó el sufragio voluntario.
Los últimos electos no podrán estar seguros que con lo hecho en la votación anterior y su labor actual será suficiente. Por ningún motivo, el voto obligatorio genera un nuevo y desconocido escenario.
En este panorama, bien vale la pena preguntarse -y servirá para otros debates- qué motivó el fracaso del voto voluntario que es una práctica mundial. Tal vez creímos que estábamos al nivel de naciones europeas y la realidad nos golpeó y nos sigue golpeando en la cara.
"Los últimos electos no podrán estar seguros que con lo hecho en la votación anterior y su labor actual será suficiente".