Tránsito vehicular en Iquique
La imagen de un microbús desplazándose por el Paseo Baquedano generó impacto y duras críticas de los iquiqueños en las redes sociales. No cabe duda que la actitud temeraria del conductor, quien además pudo provocar un accidente en el paseo peatonal más importante de la región, es una muestra más de una ciudad que camina rumbo al colapso vial sin que hasta ahora se implementen medidas reales para frenar ese escenario.
Las compras de Navidad generalmente tienen como efecto colateral la alta circulación de vehículos motorizados, sin embargo, en la capital regional esa es una situación cotidiana y que especialmente se registra en la costanera y vías del sector centro, donde también se suman los cientos de automovilistas que estacionan en cualquier parte -incluyendo las veredas- y bloquean el paso de los peatones sin el más mínimo remordimiento.
Hoy en el corazón de Iquique el problema se ve incrementado por los trabajos que se desarrollan en distintas calles, los que avanzan a una velocidad menor que la deseada. No obstante, ese no es el problema de fondo, sino que se trata de diversos factores, entre los que destacan una planificación vial completamente anacrónica a la realidad actual, las facilidades propias para adquirir un vehículo en zona franca, la falta de sanciones más severas para quienes no respetan la ley de tránsito, la falta de fiscalización, un sistema de locomoción pública deficiente y el escaso compromiso de muchos conductores.
Es decir, existe la tormenta perfecta y, lo que es todavía más preocupante, el escenario incluso puede empeorar en el mediano plazo.
Con todo, más allá del control policial o de las fiscalizaciones impulsadas por la municipalidad y el Ministerio de Transporte, parece necesario buscar medidas más intensas que se basen en una planificación más acorde a los tiempos. Seguramente eso no será de un día para otro, pero es clave comenzar antes que la situación sea insostenible.
Por eso, antes de pensar en conceptos como el de Smart City, es indispensable solucionar todo aquello que hasta ahora menoscaba la calidad de vida de la población.
"Existe la tormenta perfecta y, lo que es todavía más preocupante, el escenario incluso puede empeorar en el mediano plazo".