El legendario pañuelo de hombre regresa con una cara muy cambiada
Antes el trozo de tela que se llevaba en bolsillos cumplía una función, hoy -dicen- aporta identidad y color.
Rodrigo Castillo
Algunos dicen que el mundo es un pañuelo, pero lo cierto es que el pañuelo también puede contener todo un mundo. Este accesorio, al menos en su versión para uso masculino, tiene orígenes que se remontan a la antigua Grecia, donde los jóvenes aristócratas solían llevar dos: uno en la mano y otro sujeto a la cintura. Los romanos, posteriormente, incrementaron el número de pañuelos que cada persona de alta sociedad debía portar a toda hora, y de hecho emplearon distintos nombres técnicos para referirse a cada uno de esos trozos de tela.
"El pañuelo de hombre, también llamado square pocket, nació como una pieza que no tenía un fin utilitario, porque para los antiguos griegos servía más bien como elemento distintivo de una cierta clase social. Con el tiempo al pañuelo se le empezó a dar un uso más práctico, y así empezó a cambiar la materialidad de este elemento, hasta que ya en la modernidad quedó asociado a un traje extremadamente formal y a un tipo de hombre que pertenecía a una determinada categoría social", explica Francisca Tornero, diseñadora de vestuario y presidenta de la asociación gremial MODA Chile.
"Esa idea del pañuelo de hombre como complemento para la tenida de un caballero elegante se mantuvo hasta hace unos treinta años, pero hoy eso ha cambiado. Ahora entendemos la visión masculina como algo transversal con respecto a la de la mujer, y así el pañuelo ha ido saliendo de ese concepto de vestimenta, dejó de tener esa utilidad y esa presencia, porque el estereotipo del hombre fuerte y agresivo perdió vigencia. Hoy vemos que el pañuelo en el hombre es como una bufanda o echarpe, funciona como complemento para darle identidad o color a un outfit determinado", agrega la profesional, quien por estos días también está a cargo del Festival MODA Chile, actividad enmarcada en la nutrida parrilla programática del Mes del Diseño, encuentro que se inauguró esta semana y que concluye el 27 de noviembre.
Una elocuente demostración de las mutaciones experimentadas por la noción misma de "pañuelo de hombre" se puede ver en la exposición que los artistas argentinos Chiachio & Giannone inauguran el próximo sábado, 5 de noviembre, en Isabel Croxatto Galería, de Las Condes. La muestra está integrada por piezas textiles de carácter geométrico que los autores crearon utilizando pañuelos donados por sus amigos y por los padres de éstos. Lo que hicieron fue cortar esos trozos de tela y ensamblarlos con una técnica parecida al collage, para de esa manera plantear una deconstrucción de la idea tradicional de masculinidad.
"El pañuelo de por sí representa una época, porque reflejaba un tipo de masculinidad. Contaban con diseños muy masculinos y, más allá de su utilidad práctica, eran una forma de galantería, como algo que se podía ofrecer a una dama, por ejemplo, y también servía como objeto que se exhibía en la solapa del traje. Debía ser lavado, planchado y almidonado para que luciera elegante", comentan los expositores.
La estáticos
La dupla argentina añade: "El pañuelo masculino no sólo quedó en desuso por la aparición del pañuelo desechable, que es más práctico, sino que también la moda y las costumbres cambiaron, y eso se debe en parte a los cambios que ha experimentado la definición de masculinidad y las nuevas formas de definirla hoy en día. Ahora tenemos diferentes visiones de qué representa ese concepto, así que la masculinidad hegemónica también forma parte de una época que está quedando en el pasado".
Joaquin Béjares, director del Mes del Diseño 2022, explica que, a diferencia de lo que ha ocurrido en Chile, en Argentina e Italia el pañuelo de hombre nunca ha perdido todo su protagonismo.
"En nuestro país el pañuelo se ha convertido en un accesorio que sólo se usa en ciertas clases sociales y en situaciones muy específicas, como matrimonios y otras instancias importantes. En Argentina e Italia, en cambio, el pañuelo sigue estando muy presente, porque alla se mantiene un legado cultural en el que siempre ha existido el cuestionamiento de los estereotipos asociados a la masculinidad. La cultura italiana, principalmente, tiene la facultad de generar transiciones y replanteamientos acerca de esos modelos que para nosotros, en Latinoamérica, son más estáticos. Eso tiene que ver con un sentido de libertad, con entender la moda desde una perspectiva cultural mucho más amplia", reflexiona.