Déficit en formación de profesores
Una de las dimensiones más urgentes y transversales del debate público de las últimas décadas dice relación con la conformación del sistema escolar público y subvencionado chileno. Muchos de los actuales dirigentes políticos nacieron a la vida pública encabezando movimientos estudiantiles que pedían como principal reivindicación el fin al lucro y el fortalecimiento de la educación pública.
Transcurrido seis años de la ley de apoyo a la labor docente los expertos subrayan que la nueva institucionalidad ha puesto énfasis en el mejoramiento de los programas de formación de profesionales y en el aseguramiento de la calidad de los estándares de aquellos planteles de educación que dictan carreras de pedagogía. Esos mismos diagnósticos, sin embargo, resaltan que pese a los esfuerzos por construir una nueva estructura, existe un déficit de 26 mil profesionales de la educación con miras al 2023, 1.200 de ellos en Antofagasta, lo que representa una reducción de un 30% de estudiantes inscritos 2021 pasado en comparación al 2020.
El informe de la agencia "Elige Educar" señaló que en Chile los alumnos de primer año en carreras docentes bajaron en un 35% entre 2018 y 2021, siendo las pedagogías de enseñanza media las más afectadas, con un descenso del 25%.
La mala percepción respecto a la baja retribución económica y malas condiciones laborales que pesan sobre el ejercicio del profesorado serían determinante en el déficit de matrícula.
A la luz de la dramáticas vivencias en establecimientos emblemáticos, cabe subrayar también, cual es la responsabilidad de la clase política en este deterioro y anomia que se observan en la convivencia diaria en la enseñanza pública. Es casi una generación entera la que ha vivido un proceso de escolarización disruptivo que ha generado importantes retrocesos en los principales indicadores de calidad de la educación. Urge por tanto, una decisión unívoca por parte de las autoridades políticas que no solo apunte a una restitución del valor de la enseñanza pública, sino también a la restitución de la autoridad del docente, tanto en su dimensión simbólica como vivencial, que rescate el rol del profesor y de la enseñanza, en la construcción de comunidad interrelacionada.
"En Chile los alumnos de primer año en carreras docentes bajaron en un 35% entre 2018 y 2021".