Aunque algunos no lo saben, en 1977 se instauró el 15 de octubre como el Día Nacional del Anciano y del Abuelo. La celebración fue impulsada por el Ministerio del Interior de la época con el objetivo de reflexionar y mejorar las condiciones de vida de ese importante grupo de la población nacional, hoy por hoy cada vez más numeroso.

Varias décadas después, en 2004 específicamente, se decretó el 1 de octubre como Día Nacional del Adulto Mayor. Según la historia, la celebración de estas dos fechas respondió a la descoordinación entre las distintas administraciones públicas, lo que finalmente generó una dualidad de fechas.

Sin embargo y más allá de lo anecdótico, lo cierto es que los adultos mayores son cada vez más y demandan una serie de mejoras sociales que les permitan enfrentar de una manera más adecuada esta hermosa pero complejo etapa de la vida.

Según las proyecciones realizadas por el Instituto Nacional de Estadísticas, al año 2050 un tercio de la población nacional será adulta mayor, lo que sin duda debe ocuparnos desde ya, y no solo en materia de pensiones -que es lo que actualmente está en la agenda pública-, sino que de una infinidad de materias que están al debe y en las que poco se ha avanzado durante las últimas décadas.

El mismo informe del INE da cuenta que las personas de la denominada "cuarta edad", es decir quienes tienen 80 años y más, también se multiplicaron y se estima que en menos de 30 años representen el 28% del total de personas mayores, todo un desafío.

Salud, recreación y esparcimiento, capacitación, adecuada infraestructura pública y hasta acceso al mundo laboral son temas que merecen ser revisados, toda vez que la esperanza de vida en el país también se ha extendido, permitiendo que este grupo etario se mantenga cada vez más activo y necesite participar efectivamente en el quehacer social.

El país necesita un cambio de mirada en esta materia y justo ahora que se continúa discutiendo sobre cómo se construirá el próximo pacto social, es clave que se incorpore la visión de los adultos mayores. Su experiencia, criterio y reflexión son insumos fundamentales para que Chile avance.

"Lo cierto es que los adultos mayores son cada vez más y demandan una serie de mejoras sociales".

Cuando en 1990 la guerra del Golfo llegó en vivo y en directo a nuestros televisores algo cambió en nuestras vidas, después pudimos ver los atentados a las torres gemelas en 2001, y ahora la guerra de Ucrania. Esta posibilidad de ser testigo de acontecimientos catastróficos a escala mundial en tiempo real nos abre otro escenario de interpretación, sin embargo, no necesariamente tenemos una información más transparente y objetiva, aunque veamos los hechos en nuestra pantalla.

En octubre de 1962 hubo un incidente entre Rusia y Estados Unidos que, si bien se le llamó "crisis de los misiles en Cuba", estuvo muy próximo a un "casus belli" y con riesgo nuclear, tal como acontece hoy en Ucrania. La diferencia es que en 1962 la forma de informarnos no era en tiempo real y las interpretaciones de los sucesos las realizaban especialistas que tomaban en consideración el posible impacto en la opinión pública. En cambio hoy, nos informamos en los matinales, junto a otras cientos de noticias globales desde la vida privada de las mascotas hasta la vida oculta de los famosos, sin tomar la conciencia de incidentes que ponen en riesgo la estabilidad del planeta. ¿Estábamos mejor informados antes de la globalización?

En el siglo XIX surgieron los corresponsales de guerra, de hecho, en Tarapacá tuvimos a uno de los más famosos de su época, William Howard Russell, invitado en 1889 por John Thomas North, "el rey del salitre", para visitar sus oficinas salitreras. Irónicamente fue la guerra de Crimea en 1854 la primera que cubrió como periodista. En 1861 estuvo en la guerra entre el Norte y Sur de los Estados Unidos. También fue a Egipto en 1882 durante la rebelión de Arabí Pasha. Publicó en Londres en 1890 A Visit to Chile and The Nitrate Fields of Tarapacá, posiblemente su viaje más placentero. Estos periodistas tenían además una pluma privilegiada para marrar esos acontecimientos y, en ese aspecto, recomiendo la lectura de uno de ellos: Ryszard Kapuscinski, quien se autodefinía como reportero. Cubrió las guerras en África para la Agencia de Prensa Polaca, fue galardonado en 2003 con el premio príncipe de Asturias de comunicación y humanidades, cuatro años antes de su muerte. Kapuscinski fue mucho más que un reportero de guerra, fue un pensador y ensayista, me temo que la globalización de las guerras haya sido el final de este tipo de periodistas, que solían cubrir todo el conflicto y en condiciones extremas. Hoy han surgido los comentaristas de televisión, algunos muy superficiales, mientras la imagen de la guerra en la televisión nos deja sin palabras.

"En el siglo XIX surgieron los corresponsales de guerra, de hecho, en Tarapacá tuvimos a uno de los más famosos de su época, William Howard Russell".

Sergio González Miranda,, Premio Nacional de Historia 2014

Es claro que se necesita más fiscalización a los servicios de delivery. El control no solo debe estar en manos de Carabineros, sino que también de las empresas que contratan, las que tienen la primera responsabilidad.

Homicidios

Dos homicidios se registraron ayer en Tarapacá. La situación de la seguridad pública continúa golpeando fuerte en la región y se necesitan que las nuevas herramientas para combatir el crimen estén operativas lo antes posible, la comunidad lo demanda.

Turismo

El primer crucero del año representa una buena señal para la reactivación del turismo en la región, pero se necesita no solo la gestión de las autoridades, sino que el compromiso de los tarapaqueños para mantener la ciudad limpia y ordenada. Todos suman.