El Instituto Nacional de Estadísticas (INE) dio a conocer una proyección que desde ya establece desafíos para nuestro país. De acuerdo al organismo, alrededor de un tercio de la población nacional en el año 2050 será adulta mayor. Una proporción que confirma que Chile es uno de los países de Latinoamérica que más envejece.

Actualmente, la proporción de adultos mayores respecto de la población general del país llega a poco más del 18%, sin embargo, en menos de 30 años nuestro país albergará una población mayor de 50 años que corresponderá al 32,1%, de acuerdo al INE.

En el mismo sentido, otro de los datos que agrega este informe indica que la cantidad de personas en la cuarta edad, quienes tienen 80 y más años, aumentaría más de tres veces su tamaño en igual período y representaría el 28,0% del total de personas mayores hacia el mismo año 2050.

El estudio se denomina "Envejecimiento en Chile, evolución y características de las personas mayores", que el Instituto Nacional de Estadísticas (INE) presentó en la semana y que elaboró con el objetivo de entregar un panorama amplio del fenómeno del envejecimiento poblacional en el país, según consignó también el portal de noticias emol.com.

El poder contar con esta información es clave para el desarrollo de políticas públicas a corto, mediano y largo plazo. Una investigación que refuerza realidades, en tiempos en que el culto a la juventud pareciera nublar la vista de consideraciones que deben ser ineludibles, como el hacer mucho más digna la vida de las personas mayores.

Y es que el porcentaje de personas menores de 15 años ha ido descendiendo y seguirá en esa constante. Mientras que en 1992 conformaban el 29,7%, en 2022 su participación sobre el total de la población bajó a 18,9% y se proyecta que en 2050 equivalgan al 14,2% del total de habitantes del territorio nacional.

Es por eso que necesariamente y con una mirada realista, Chile necesita orientar su cultura hacia la tercera y hasta la cuarta edad, segmentos que en los hechos, no evidencian ser los más importantes en el contexto social con todo lo que aquello significa.

"En menos de 30 años nuestro país albergará una población mayor de 50 años que corresponderá al 32,1%".

La ciudad estaba hecha de madera. Y no de cualquiera. Nuestro Patricio Advis escribió un bello texto que se llama "Iquique, puerto de madera". Entre la costa y la cordillera se alzó una ciudad con casas de no más de dos pisos que dialogaban con el cerro y con la torre de la plaza Prat. Le teníamos respeto al cielo. Tenían esos miradores que aún quedan, por ahí, que servían para avistar los barcos entrando al puerto o bien como bajaba el tren salitrero de la inmensa pampa.

Todo era de madera. Material noble que provenían como lastre de Oregón. Supo adaptarse a nuestra naturaleza climática y a nuestra identidad cultural variada. Somos tamarugos, pino oregón, salitre, queñua, sal, riel, huiro, cactus.

Teníamos veredas de maderas que el tiempo, la desidia y la cerámica sepultaron. Somos de madera y nuestros juguetes también lo eran. Fuimos criados, cual más, cuál menos, intentando hacer nuestros propios camiones. En trabajos manuales, sierra en mano, cortábamos las piezas y luego a golpe de martillo las uníamos. El centro, por la calle Zegers, olía a madera. Adentrarse en una barraca era como ingresar a un bosque fosilizado. Un día llegaron los palitroques y la madera adquirió más dignidad aún. Un primo se hizo una bicicleta con ese material.

En la pampa la madera supo adaptarse al rigor del día y de la noche. El pino oregón se hizo parte del botín de los codiciosos de siempre que desmantelaban lo que quedaba de esa vida salitrera. El escritorio del dueño de la oficina debe adornar alguna casa particular. Los durmientes cortados servirán, acaso, como marcos de ventanas.

Madera noble le dicen a este pino oregón que luego fue reemplazado por otro pino. Clásica tarea en el liceo era armar sobre un terciado una muestra con pequeños trozos de madera. El maestro Soto, empleado de la barraca Illanes, nos ayudaba en esa tarea. Hora de agradecerle.

Los nortinos supimos abrirles las puerta a esa noble madera. Y ella nos acogió con su tibieza y fortaleza. Con la serie Camino a Oregón, previa a la matiné, supimos de su nombre y de su fortaleza.

"En la pampa la madera supo adaptarse al rigor del día y de la noche".

Bernardo Guerrero Jiménez,, sociólogo y académico Unap

Su uso ya no es obligatorio, sin embargo, muchos, la mayoría, optaron por usar mascarillas en sus compras sabatinas, incluso para caminar por la vía pública, donde hace rato no son exigidas. Mejor prevenir, dicen.

Seguridad

Tal como expresan diversos sectores políticos, los vecinos de Iquique y otras comunas de Tarapacá esperan que el aumento del presupuesto para seguridad anunciado por el gobierno se note en la región y no solo quede radicado para evitar "encerronas" en Santiago.

Violencia

Como lamentablemente ocurre en varias actividades del quehacer humano, la violencia le está ganando al fútbol y en el último tiempo parece dar más que hablar la suspensión de partidos por incidentes que el buen juego de los equipos. Hay que hacer algo.