Un estudio realizado por la Asociación Chilena de Seguridad (ACHS), la Comisión Nacional de Seguridad de Tránsito (CONASET) y Datavoz, reveló que el 69,4% de los encuestados admitió haber superado alguna vez el límite de velocidad.

La investigación denominada "Percepción de seguridad vial y velocidad" mostró que, en general, el conductor en Chile no asocia el peligro con la velocidad a la que guía su vehículo. En otras palabras, no existe una percepción de que conducir de una manera imprudente y a velocidades no razonables, puede terminar en accidentes que lo afecten tanto a él o ella, como a terceras personas.

Según dieron a conocer los autores de la investigación, la encuesta se realizó a más de mil personas a través de entrevistas telefónicas y sus resultados se presentaron en el marco del Pacto Nacional de Seguridad Vial de Chile, hito convocado por el Ministerio de Transportes y Telecomunicaciones, en conjunto con la Conaset, para avanzar de manera conjunta en torno a la medida.

Estos resultados son especialmente reveladores para una región como Tarapacá, en donde la conducción a exceso de velocidad es una de las faltas de conducta vial más común entre los automovilistas. Prueba de ello son los choques, colisiones y, lamentablemente, atropellos que se registran.

Hay calles y avenidas que se han convertido en una suerte de "pistas de carrera", como son el sector sur de la costanera y Bilbao, que han sido escenario de una serie de accidentes y que, además, están generando intranquilidad en los vecinos.

Dentro de los resultados más relevantes del sondeo destaca la baja percepción de riesgo frente al exceso de velocidad. De acuerdo con la encuesta, si bien solo un 25% de quienes se mueven en vehículos motorizados han sido multados, un 69% cree haber superado el límite de velocidad. A esto se le suma la poca relevancia que se le da como factor de inseguridad: solo el 27% cree que el desconocimiento de los límites de velocidad es peligroso. En cambio, los factores declarados como más influyentes fueron el uso de celular (72,7%) y el consumo de alcohol (52,9%).

"Hay calles y avenidas que se han convertido en una suerte de "pistas de carrera"".

Cumplir cien años de vida después de superar el Covid no lo hace cualquiera. Y celebrar el siglo con cuatro fiestas por diversos lugares en Iquique acompañado de su extensa parentela, menos aún. Estamos hablando de un viejo mezcla de durmiente y de tamarugo. Se llama Ernesto Corrales Salas. Tornero de profesión, oficio que aprendió en la Escuela de Artesanos de Iquique, trabajó en Cala Cala, Humberstone y en la oficina Brac, que luego se llamó Victoria. Nació el 13 de septiembre de 1922.

Don Ernesto, un caballero sin espada y sin capa, pero con una memoria del tamaño de varias locomotoras, ha sido testigo de este siglo inquieto. Vivió las crisis de los años 30, las ollas comunes, las banderas negras, el cierre de su querido ferrocarril, desde donde jubiló, en esos tiempos que eran otros tiempos. El que sabe, sabe, como se dice ahora.

Se hizo ferroviario a temprana edad. Fue jefe de los torneros y, sobre todo, como buen deportista de los antiguos, jugó varios deportes a la vez: fútbol, básquetbol y béisbol. En este último jugó de tercera base. El club de sus amores fue el Iquitados, institución que echamos de menos. Por lo anterior, era sociable y, según me soplan, bailarín. Se casó con Alicia Espinoza Cossio, un 18 de mayo del año 1955. Junto a otros ferroviarios fueron los primeros en habitar lo que es hoy Playa Brava.

La maestranza del Colorado, la cancha del Iquitados, donde no solo se jugaba fútbol, fueron sus hogares. Ser ferroviario, en ese entonces, era una marca de distinción, tal como lo fueron los normalistas y los bancarios.

Fue criado escuchando radio, por cierto una gran escuela. Para estar detrás de los micrófonos había que saber. Los boleros, tangos y valses, forman parte de su banda sonora. Pero lo cautivó Leonardo Favio con su "Hoy la vi".

La vida de don Ernesto es un ejemplo y homenaje a la vida. Su esposa le menciona la canción "Sin ti" de los Panchos y se nos emociona don Ernesto, a quien tengo el honor de que me considere su amigo.

"Don Ernesto, un caballero sin espada y sin capa, pero con una memoria del tamaño de varias locomotoras".

Bernardo Guerrero J., Sociólogo y académico Unap

Aunque no es posible predecir un terremoto, los sismos más leves permiten que la ciudadanía esté atenta y repase las medidas de seguridad. Es importante tener la mochila preparada y, sobre todo, un plan familiar.

Suman y siguen

Las balaceras no dan tregua y siguen llegando heridos graves a la urgencia del Hospital de Iquique con varios impactos de bala. Lamentablemente, y pese a las estrategias que desarrollan las policías, es claro que se necesitan más recursos. No se puede seguir esperando.

Juegos típicos

Los juegos típicos de las Fiestas Patrias son una buena opción para que los niños dejen un rato sus teléfonos celulares y los videojuegos para realizar la tan necesaria actividad física y además conocer las tradiciones nacionales. Es importante motivarlos.