Delitos violentos
En una verdadera preocupación ciudadana se ha transformado la seguridad durante el último año. Si bien las estadísticas dan cuenta de que el número de delitos se mantiene bajo los mismos márgenes de lo que sucedía previo a la pandemia, es claro que estos se han vuelto más violentos.
Es más, Tarapacá está entre las regiones del país con mayor tasa de delitos de mayor connotación social, de acuerdo al último estudio de la Subsecretaría de Prevención del Delito. En el informe, la región aparece liderando en homicidios con 24 registrados al primer semestre y una tasa de delitos de 765,6 casos por cada 100 mil habitantes, siendo la más alta a nivel nacional
Estas cifras demuestran que más allá de la sensación de inseguridad que es alta en todo el país, en Tarapacá es palpable la problemática y sobre todo con delitos más violentos, donde el factor arma de fuego es preponderante.
No se trata de hablar que la región es tierra de nadie, sin embargo, hay situaciones que son preocupantes, principalmente el uso de armas de fuego, que en su gran mayoría están ingresando por pasos no habilitados como contrabando.
Al mismo tiempo, en los últimos años se ha incautado gran cantidad de armamento que aunque su destino no era la región, sí buscaba utilizar el territorio local para llegar a países vecinos, lo que muestra, independientemente que haya sido detectado, lo frágil que puede ser nuestra frontera.
Las armas de fuego se están transformando en el elemento intimidatorio habitual en asaltos, encerronas o portonazos, delitos que cada vez son más frecuentes y que antes solo se veían en la capital. Por lo mismo, es necesario que se puedan agilizar todas las acciones en materia de seguridad, tanto las de tipo coactivo como aquellas destinadas a la prevención desde lo social, lo legal y disuasivo.
Es indispensable que el tema de la seguridad sea visto con altura de miras y no que sea tomado como bandera de lucha de uno u otro sector político, sino más bien trabajar en políticas serias que permitan a las instituciones del Estado poder actuar con propiedad para que la ciudadanía se sienta más segura.
"Las armas de fuego se están transformando en el elemento intimidatorio habitual en asaltos".