El alza de precios en la región y el país, tiene origen en el efecto rebote de la pandemia del covid-19, las medidas de subsidio, los desembolsos de los aportes a las AFPs, las fluctuaciones internacionales del precio del petróleo por la guerra entre Rusia y Ucrania, que impactan en los costes de transporte en los mercados de divisas, bienes y servicios, financieros y de los factores de la producción.
La inflación acompañada de la devaluación de la moneda, evidencia una economía que prioriza la explotación y exportación de materia prima e importación de producto acabado, develando una economía de filtración en épocas de recesión o ralentización, cuestionándose la plenitud de la seguridad y soberanía alimentaria, aunque la marca país tenga reconocimiento mundial.
La inflación demuestra especulación de los agentes económicos en función de las expectativas del mercado consumista, con una función de oferta limitada en competencia y capacidad tecnológica de respuesta ante el incremento de los precios de los hidrocarburos, además de considerar los desequilibrios en la balanza comercial y de pagos que merman las reservas internacionales.
La entrada neta de capital ha disminuido por las contingentes expectativas poblacionales y de gestión pública entrante. En el país de "ingresos altos", un 25% de la población tributa, pudiéndose inferir un significativo peso de la informalidad. La merma de los ingresos por el turismo y las actividades de la Zona Franca generan especulación e inflación por el menor flujo comercial de lo novedoso y actual.
La economía mundial va camino a la reactivación, reinventándose. Mitigar la inflación implica potenciar la diversificación del aparato productivo regional y nacional, frenar la obsolescencia y la importación infértil. En conclusión, invertir los excedentes del turismo, Zona Franca, minería y exportación de energía en el sector cuaternario universitario y productivo agropecuario, con opciones destinadas a garantizar competencia tecnológica que regule el mercado en función de las economías de escala. Es decir, a mayor producción con certificación de calidad, cae el costo unitario promedio y, en consecuencia, el precio de mercado, obligando a los actores del segmento a invertir en investigación para inventar o por lo menos para innovar.
"La inflación demuestra especulación de los agentes económicos".
Alfredo Mancilla Heredia,, Ph. D Doctor en Economía, Académico UST - Iquique