A pesar de las leyes y ordenanzas que han ido apareciendo, no solo en nuestro país sino que también en el mundo, el uso del plástico, y particularmente de las bolsas de plástico, sigue siendo una preocupación global por el impacto que provoca su mala disposición y el abuso de este material.

Es por eso que cada 3 de julio se celebra el Día Internacional libre de bolsas de plástico, que tiene como objetivo precisamente impulsar la reducción de estos elementos y fomentar su consumo responsable. Esto, tomando en cuenta las bolsas no reutilizables, de un solo uso y que, por lo general, terminan no solo en basureros, sino que también ensuciando calles y paisajes naturales.

Lamentablemente, hay que reconocer que las bolsas plásticas son un elemento de uso cotidiano y, sin embargo, se han ido transformando en uno de los principales contaminantes presentes en el medio ambiente, desde el desierto, los bosques, hasta la playa y los mares. Y nuestra ciudad y nuestra región lo saben muy bien, porque lo viven y lo sufren.

Solo se necesita realizar un rápido recorrido por el sector costero, por el centro e incluso por la pampa para percatarse que estos artículos continúan presentes, lo que evidencia que más allá del discurso todavía se requiere sumar voluntades.

El caso es que las bolsas de plástico tardan más de 500 años en descomponerse. Estimaciones indican que cada persona gasta una media de unas 230 bolsas de plástico al año, lo que representa más de 500 billones de bolsas en el planeta.

Durante la pandemia, también ha aumentado el consumo de productos plásticos, lo que incrementa el impacto de este contaminante en el medio ambiente. Solo las mascarillas abandonadas al aire libre son millones.

Es por eso que este mes es un buen momento para reflexionar respecto del uso responsable de las bolsas plásticas. Se debe ir dejando de lado el uso de las no reutilizables, algo que ya se ve en algunos comercios responsables, que prefieren entregar bolsas de otros materiales. La clave sigue siendo el compromiso de la gente por hacerse parte de esta necesidad de proteger el planeta.

"Solo se necesita realizar un rápido recorrido por el sector costero, por el centro e incluso por la pampa para percatarse que estos artículos continúan presentes".

Lo creíamos eterno. Y no solo por su sonrisa y sentido del humor, sino también porque jamás envejeció. Y si lo hizo, lo hizo con la majestuosidad que solo él era capaz de portar y transmitir. El año 1971 en lo que era el Liceo de Hombres fue nuestro profesor jefe y lo seguirá siendo a pesar que no estará para citar a reunión, no a las madres de sus estudiantes, sino a los mismos alumnos ya más viejos y más serenos.

Estuvimos en todas sus casas donde le tocó vivir. En Orella, en el Morro, en la Puntilla y ahora en la Gómez Carreño. La María su polola-esposa siempre a su lado, tal como cuando empezaron a enamorarse. Y lo de ellos era permanente. Sus hijos Manuel Alejandro y Marco Antonio, quizás nunca van a entender la relación que tuvo su padre con el Cuarto A del Liceo, los años 1971 y 1972.

Escribo y mientras lo hago me duele la partida Manuel Castro Téllez, normalista, Manolo para sus cercanos, Catrutro para todo el mundo de esta ciudad llamada Iquique en la que alguna vez todos nos conocíamos. Al menos, eso pensábamos.

Una parte de esa ciudad se nos va con Manolo, el normalista, el guionista, el cuentista, el teatrero, el morrino, querendón de su abuelo, a quien siempre tuvo en su casa. Arquero en el fútbol, actuaba bajo los tres palos, mezcla del Mono Sola y del loco Gatti. Una vez al mes nos citaba a su casa a conversar y actualizar el pasado.

Tenía mil historias, pero lamentablemente una sola vida. Inquieto como eran las adolescentes de antes, Manolo nos deja un vacío en todos sus exalumnos que son cientos.

Tuvimos la fortuna de acompañarlo y decirle lo tanto que lo queríamos, en ese idioma sin palabras, reemplazado por los abrazos.

Entre sus alumnos, hoy todos viejos, discutíamos quién era su regalón. Nunca lo supimos.

Catrutro seguirá siendo eterno mientras continuemos con vida. Hijo de la Patria Joven tenía muy clara la película: como país empezamos a filmar, sin actores secundarios, una nueva película.

"Una parte de esa ciudad se nos va con Manolo, el normalista, el guionista, el cuentista, el teatrero, el morrino...".

Bernardo Guerrero J., sociólogo y académico Unap

No cabe duda que la presentación de Los Halcones de la Fach fue un gran panorama este fin de semana. La tarde de ayer muchas familias disfrutaron en Playa Brava, con lo que se le da vida a un importante espacio público.

La Tirana

La fiesta de La Tirana es una de las tradiciones más arraigadas en Tarapacá y también en otras regiones del Norte Grande. La celebración se extraña, pero es importante atender las medidas de las autoridades de salud, ya que el costo en estos años ha sido muy alto.

Estacionamientos

No es nuevo, pero el show de Los Halcones recordó las celebraciones de Año Nuevo, donde los conductores solían estacionarse en cualquier lugar con el objetivo de ver la pirotecnia. En esta oportunidad ni siquiera se salvó la ciclovía del sector costero.