Vides del Vino del Desierto son tratadas para evitar la alta radiación
5 mil litros de vino fueron producidos en la última vendimia, que extendió su tiempo respecto a otros periodos.
Un innovador plan de resguardo de las vides del Vino del Desierto está aplicando la Universidad Arturo Prat, para de esta manera evitar el impacto de la radiación. El proceso, que implica una orientación de los viñedos, permitirá -a contar de este año- producir una variedad con innovación, proceso que se realiza en el centro experimental Canchones de esa casa de estudios.
Marcelo Lanino, ingeniero agrónomo y director de Vino del Desierto de la Unap, precisó que este proceso se estila para reducir el efecto de la insolación. "Nosotros la incorporamos porque nuestra uva Tamarugal es una cepa blanca y la orientación de los viñedos en Chile es de norte a sur. Y en algún momento los racimos recibían golpes de sol y eso generaba una daño en la cutícula. Lo que hicimos fue hacer nuevos viñedos que se están colocando en orientación este a oeste. De esa forma, y gran parte del tiempo, los racimos de esta forma están gran parte del tiempo cubiertos con la vegetación y no les da directamente el sol".
Destacó que este proceso fue recomendado por expertos de la Viña Santa Carolina, que conocieron el procedimiento del Vino del Desierto.
Lanino precisó que el efecto del cambio climático no ha afectado aún a la pampa del Tamarugal. "Sí hemos detectado cambios, pero no hemos detectado exista un efecto importante (en términos climáticos) hasta ahora".
Transferir cepas
Actualmente, en la estación experimental Canchones, se mantienen dos hectáreas y media de distintas cepas, "que son las que están recuperadas como viñedos patrimoniales".
El ingeniero agrónomo explicó que el objetivo este año es transferir la cepa Tamarugal, la principal del Vino del Desierto, a agricultores: "El objetivo es transferirla a agricultores y para ello queremos hacerlo en cuatro hectáreas con agricultores que tenemos en proceso de capacitación con el apoyo de Teck Quebrada Blanca, lo que materializaremos en Pozo Almonte y Pica".
Precisó que se partirá con viñedos en estas comunas, pero el cronograma de trabajo busca materializar esto en toda la provincia del Tamarugal, con el objetivo de volver a potenciar la industria del vino como existió en el pasado en la zona interior de la región.
Vendimia extendida
En Canchones terminaron la semana pasada con el proceso de vendimia, que es la etapa de elaboración del vino. "Terminamos la vendimia, el proceso de cosecha, nos fue bien, pese al problema asociado de la falta de mano de obra producto de la pandemia. Eso sí estamos generando 5 mil litros por hectárea. Uno de los aspectos para lograrlo fue prolongar la vendimia. Antes nos concentrábamos en dos o tres semanas y ahora tuvimos que ampliarnos a casi un mes o casi seis semanas".
En la actualidad, el Vino del Desierto concentra su venta en la región de Tarapacá, en especial la estación experimental Canchones, donde se produce y en puntos específicos de Iquique, en locales especializados y algunos restaurantes y hoteles. "Estamos distribuyendo vino en locales especializados, donde se puede encontrar vino de calidad", mencionó el investigador Marcelo Lanino.
El proyecto del Vino del Desierto comenzó en 2003 y ya tiene cerca de 20 años de trayectoria, donde se trabajó en el rescate de cepas y en tres años hicieron una reproducción de la vid "Comenzamos a hacer vino en 2006. En 2011 y 2012 se logró un proyecto, que permitió un salto importante en la producción y estamos terminando un proyecto de enoturismo", explicó Lanino.
Emprendimientos
Entre las innovaciones que la producción vitivinícola tiene son asociaciones con una docena de emprendedores que están trabajando con los residuos del vino. Destacan preparaciones gastronómicas, en especial el uso de pasas y otras puestas en valor, donde hay elaboración de chocolates con vino, productos con uso de corchos y botellas para convertirlas en vasos.
"Nuestro objetivo es transferir a agricultores la cepa Tamarugal, para el cultivo de cuatro hectáreas en Pozo Almonte y Pica".
Marcelo Lanino, ingeniero agrónomo y director de Vino del desierto de la U. Arturo Prat.